SIN FLANDES NO HAY NADA, CAPITAN: NECESITAMOS ESE INFIERNO ✏️ Blogs de BelgicaAl objeto de comprobar in situ las afirmaciones del capitán Alatriste sobre una tierra alumbrada por un sol hereje que ni calienta ni seca la lluvia, nos desplazamos hasta Flandes durante una semana del año de gracia de 2010.Autor: Ssusana Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (17 Votos) Índice del Diario: SIN FLANDES NO HAY NADA, CAPITAN: NECESITAMOS ESE INFIERNO
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Espero no haber asustado a nadie con el título y la descripción de este diario.
Soy fan declarada de Arturo Pérez-Reverte y me ha sido imposible no citar una de sus más célebres escenas. Y volviendo al siglo XXI... Una mañana de verano aterrizábamos en Bruselas, la ciudad que sin ningún motivo aparente se había convertido en la capital de Europa. Alojarse en Bruselas no es barato. Buscábamos un hotel sencillo y muy céntrico que tuviera habitaciones triples: www.ibis.com/ ...ndex.shtml donde nos dieron una habitación-buhardilla bastante grande y con 2 zonas de descanso independientes. Desde nuestra anterior visita, hace ya algunos años, la ciudad ha mejorado mucho su aspecto. Recordaba andamios y lonas en la Gran Place, los bronces verdosos y la piedra grisácea. Han hecho un gran trabajo. Antes de acercarnos a la maravillosa Grand Place vamos a picar algo de comer. Junto al majestuoso edificio neoclásico de la Bolsa nos compramos cucuruchos de patatas fritas con salsa. La patata, ese maravilloso alimento que exportamos de las Américas que acabó con la hambruna en Europa y que los belgas supieron convertir en un arte. Y de repente la Grand Place Empezó su construcción allá por el siglo XIV sobre lo que fuera el mayor mercado de paños de todos los Países Bajos. En el ala izquierda se erigió el Ayuntamiento, símbolo de poder y prosperidad, con su torre de 96m de altura es una de las mejores expresiones del gótico civil brabantino. Como curiosidad: el edificio no es simétrico y la torre no está en el centro. El escenario resulta tan impresionante que el viajero no sabe hacia dónde dirigir su mirada hasta que se encuentra con las corporaciones. Estas sedes gremiales tenían una participación muy activa en el gobierno gracias a su potencial económico. Representan a toneleros, barqueros, panaderos... Los edificios adoptaron nombres curiosos que aún hoy se conservan y en los bajos albergan algunas de las cervecerías más conocidas. Toda la plaza fue reconstruida tras ser bombardeada y abrasada en agosto de 1695 por las tropas del rey de Francia, Luis XIV. A pesar de mediar dos siglos y medio entre el estilo barroco de las nuevas corporaciones y el gótico del Ayuntamiento la Grand Place mantiene una asombrosa armonía de líneas. Era y sigue siendo el centro de la vida económica de la ciudad, lugar de asambleas, rebeliones y todo tipo de manifestaciones culturales. En un callejón cercano está el muy famoso Manneken Pis, estatuilla de unos 50 centímetros que representa a un niño desnudo orinando en la pila de una fuente. En ocasiones la estatua se viste con alguno de los cientos de trajes a medida que le han regalado jefes de gobierno. Muchas son las leyendas que circulan sobre él como apagar con su orina una mecha encendida para incendiar la ciudad o que era un niño que orinó en la pared de la casa de una bruja y ésta le lanzó un maleficio convirtiéndolo en estatua. En dirección opuesta desde la Gran Place hay una réplica más moderna pero esta vez representando a una niña, la Jeanneke Pis. Atravesamos las Galerías Saint Hubert. Creadas en 1847 y cubiertas por una cúpula de 200m de largo siguen siendo las más elegantes de la ciudad. Tan solo unas fotos a la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula. también gótica y muy bien conservada. Como es nuestra segunda visita a Bruselas no vamos a entretenernos demasiado con los monumentos. Calles empinadas y empedradas nos acercarán al barrio del Sablon, en la parte más alta de la ciudad. Es el barrio de los anticuarios y donde se encuentra la iglesia de Nôtre Dame du Sablon, erigida sobre los cimientos de la capilla de los arqueros de la ciudad. Gracias a once enormes vidrieras de 15 metros de altura que circundan el altar, el interior tiene una gran luminosidad Descansamos un poco a la sombra de los árboles de la Place du Petit Sablon. Una magnífica valla de hierro enlaza unas columnas que sostienen estatuas representando a los gremios. El susurro del agua de una fuente convierte el lugar es un remanso de paz. Continuamos nuestra visita al centro histórico pasando por delante del inmenso palacio real, sede de la monarquía belga aunque hace años que la familia real reside en Laeken, a las afueras de la ciudad. En el Parque de Bruselas, también llamado Parque Real hacemos un alto para tomarnos sendas Duvel, y para que nuestra hija no se agobie demasiado. Regresamos al hotel y como buenos guiris que somos vamos a cenar mejillones en los restaurantes del centro. Yendo con la niña no vamos a salir, pero la zona tiene mucho ambiente esta noche. Nuestro segundo día en Bruselas lo vamos a dedicar a la zona europea, donde vive "la gente extraña que nos teme y nos odia y que jamás nos dará tregua". Pobres funcionarios europeos, qué cosas dicen de vosotros los escritores españoles! Primero visitaremos el atomium. Aunque nos gusta mucho andar queda bastante lejos e iremos en metro. La parada en que hay que bajarse es Heysel/Heizel. El Atomium es una escultura que representa la estructura atómica de un cristal de hierro aumentado 165.000 millones de veces. Se construyó con motivo de la Exposición Mundial de 1958 y tenía que haber sido desmontado al finalizar la misma, pero tal fue su éxito que decidieron conservarlo. Nueve esferas de acero de 18m de diámetro se comunican entre si por tubos con escaleras mecánicas. Su interior no tiene gran cosa que ver y el precio es caro pero mi hija se empeñó en entrar y mi marido entró con ella. Las tres esferas superiores no son visitables por motivos de seguridad estructural, aún así se pueden sacar buenas fotos, ver el parque de Europa en miniatura y el tristemente famoso estadio de Heysel al cual cambiaron el nombre por Rey Balduino después de la tragedia de 1985. Finalizada la visita volvemos al metro para visitar el Barrio Europeo, donde se encuentran la mayoría de las instituciones de la Unión Europea. Aquí la gente no come, literalmente, se limitan a picar algo entre las 12 y las 13h. Optamos por hacer lo mismo que ellos y compramos unos sandwiches para comer en la calle. Como estamos en Agosto el barrio nos resulta tranquilo y con muchas zonas verdes para descansar. Uno de los edificios más espectaculares es el Berlaymont, con una planta en forma de cruz y 14 pisos de altura es la sede de la Comisión Europea. La Eurocámara o Parlamento Europeo tiene tres sedes, Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo y este enorme edificio acristalado acoge las sesiones plenarias que se celebran en Bruselas. Cerca de aquí se encuentra el Palacio y el Parque del Cincuentenario. Un enorme arco de triunfo con una cuádriga en su parte superior fue construido en 1880 para celebrar los 50 años de la creación de Bélgica como nación independiente. Las provincias del sur de las Paises Bajos, Flandes y Valonia, se rebelaron contra la hegemonía protestante de las provincias del norte en Agosto de 1830. De esta secesión nacería un nuevo estado que adoptaría el nombre de Bélgica, como la provincia romana de tiempos de Julio César. Es un estado federal frágil, con varios conflictos lingüísticos pero que se mantiene estable y fiel a sus principios. Etapas 1 a 3, total 4
Mal día hemos elegido para visitar esta ciudad. No para de llover y hace algo de frío.
Estoy empezando a creer que es cierto que un sol negro alumbra Flandes. Esta importante ciudad fue fundada en el siglo IX en torno a una fortaleza para proteger a los habitantes de las incursiones vikingas. Centro de poder económico e industrial de Flandes, su mejor activo es la Universidad a la que acuden unos 50.000 estudiantes. Flamencos y Valones se comunican entre si en inglés o alemán porque ni unos ni otros están dispuestos a ceder en este pulso lingüístico que mantienen, así que mejor cambiamos el chip y pasamos al inglés. La estación de tren queda algo apartada del centro de la ciudad y si no sois de andar mucho podéis coger el tranvía. Nosotros fuimos andando, siguiendo las vías de hierro y a la mayoría de gente que bajó del tren con nosotros. No hay pérdida. Entre la llovizna y las catenarias del tranvía emerge la torre del Belfort y la catedral de San Bavón, la primera visita obligada en la ciudad. En su interior podemos ver el famoso retablo "La adoración del cordero místico" de Jan van Eyck. Tres torres medievales dominan el centro de la ciudad, Belfort, San Bavón y San Nicolás. Es característica de esta tierra la exagerada verticalidad del gótico como si quisiera romper la monotonía de las tierras tan bajas o necesitara más altura para alcanzar el cielo El Belfort o torre del campanario está considerado Patrimonio de la Humanidad. Se puede visitar y en su interior hay alguna exposición pero lo más interesante son las vistas en 360º de la ciudad. Esperaremos a ver si el día se despeja para subir a mirar. La iglesia de San Nicolás completa el conjunto. Fue la iglesia del gremio de los comerciantes hasta que fue destrozada durante la Revolución Francesa y convertida en cuadra para caballos. Su restauración aún no ha terminado aunque podemos disfrutar de su fabuloso exterior. - Me está poniendo de mal humor esta lluvia fina y persistente que me ha calado los huesos. - ¿No te estás volviendo un poco paranoica con el dichoso libro? Vamos a visitar el castillo y dejamos la zona de los canales para después. El castillo de los condes de Flandes es del siglo XII y se encuentra en pleno centro de la ciudad. Bastante bien restaurado conserva el antiguo foso a su alrededor. En su origen fue una fortaleza defensiva de las rutas comerciales pero con los años fue cambiando de usos, siendo prisión o fábrica de algodón. Los restos de lo que fuera en su día el edificio de cocinas pueden verse aquí. Por el evidente peligro de incendio estas estancias solían estar alejadas del resto de zonas habitadas de los castillos. En el interior destaca una sala de torturas con una colección de instrumentos empleados para estos fines. Finalizada la visita vamos a comer algo. El cielo parece que nos respetará esta tarde. No brilla el sol pero ha dejado de llover. Vamos a dar un paseo por el Graslei (muelle de las hierbas). Este puerto medieval, lleno de terrazas y juventud es uno de los lugares más bonitos de la ciudad. En un día soleado los edificios históricos se reflejan en las aguas del canal y nos transportan a otra época, en la que Gante era la segunda ciudad más importante de Europa central. he robado esta foto nocturna a wikipedia Rodeada por un terreno pantanoso, sus prados se convirtieron en el terreno ideal para la cría de ovejas cuya lana era manufacturada y exportada a todo el mundo desde aquí. Regresamos en tren a Bruselas, algo más de media hora de trayecto. Nos cambiamos de ropa y salimos a cenar también en el centro. Etapas 1 a 3, total 4
En nuestro anterior viaje a Bélgica, cuando aún circulaban las pesetas y los francos, no visitamos Amberes, por lo que hoy tendremos que mantener los ojos más abiertos.
Afortunadamente luce el sol pero tendremos que comprarle unos zapatos a la niña ya que no se le han secado todavía. Amberes, la ciudad de Rubens, la ciudad de los diamantes y últimamente también la ciudad de la moda. El nombre de esta ciudad en neerlandés es Antwerpen que etimológicamente significa mano lanzada. Cuenta la leyenda que un gigante llamado Druoon Antigoon hacía la vida imposible a los barcos que navegaban por el río Escalda, exigiéndoles el pago de un abusivo peaje. Si el barco no podía pagar el gigante cortaba la mano del capitán y la arrojaba al río. Finalmente, un centurión romano consiguió cortar la mano del gigante y lanzarla también al río. Desde entonces los marineros pudieron vivir en paz. La propia estación de trenes es una preciosidad y desemboca en una calle repleta de comercios y vida. Lo primero comprarle las zapatillas a la niña en una tienda de deportes que estaba en liquidación - Pero qué pasada de rebajas! Si está todo al 70% de descuento... Total, acabamos comprando chaquetas de marca, mallas de correr, camisetas y las zapatillas de deporte de la niña. Si no fuera porque teníamos que volver en avión y no cabía en las maletas hubiésemos saqueado la tienda. En Amberes se encuentra la comunidad judía más importante de Europa y fueron ellos los que iniciaron el comercio de diamantes, que hoy en día supone el 85% de la producción mundial. Hay lujo y riqueza en este barrio próximo a la estación. Bajando por esta misma calle, a la izquierda encontramos la casa de Rubens (Rubenshuis). Está bien indicado y es una calle peatonal. Rubens, aunque había nacido en Alemania, paso gran parte de su vida en esta ciudad, de donde procedían sus padres y es aquí donde encontramos algunas de sus más bellas pinturas. Nos gustó bastante la visita. Tiene dos plantas donde se distribuyen los aposentos privados y el taller del gran pintor. Siempre en linea recta hacia el río llegamos a la Plaza Mayor (Grote Markt) con sus edificios gremiales de los siglos XVI y XVII. En el centro se encuentra la estatua de Brabo, el centurión que cortó la mano al gigante y el edificio del Ayuntamiento. Y la Catedral, la más grande de Bélgica y una de las más importantes iglesias góticas de Europa, cuenta con una torre de 123 metros de altura y en su interior alberga maravillosas pinturas de Rubens. Absolutamente recomendable la visita. Casi hemos llegado al río, pero antes descansaremos y comeremos algo en estas fantásticas terrazas. Nos sirven dos típicas De Koninck servidas en copa redondeada que nos saben a gloria porque hoy hace calor. El castillo de Steen (literalmente La Roca) es el edificio más antiguo de la ciudad y tiene un tenebroso pasado. Fue una terrible prisión y durante 500 sirvió de escenario a la Inquisición para sus torturas y ejecuciones masivas. Tubo un papel especial en el saqueo de Amberes porque en su interior se refugiaron las tropas leales españolas ante el asalto de las tropas flamencas, resistiendo y rechazando el asalto de los amotinados. Vamos a dejar Amberes que tenemos que visitar Malinas, a medio camino de Bruselas. Es una ciudad pequeña pero a la vez grandiosa y por cualquier esquina surgen monumentos. Creo que merecerá más tiempo del que le vamos a dedicar. Nos gusta mucho la plaza mayor, llena de edificios históricos y un suntuoso Ayuntamiento. Todo está muy limpio y bien cuidado, incluso con flores. Nos apetece probar la cerveza local, Gouden Carolus, que nos sirvió un camarero español que llevaba muchos años viviendo aquí. Muy cerca está la catedral de San Rumoldo, con su imponente torre que domina la ciudad desde sus 97 metros de altura y sus dos famosos carillones con 49 campanas. No nos va a dar tiempo a subirla. Circula una leyenda sobre los habitantes de esta ciudad que creyendo ver fuego en lo alto de la torre subieron sus 500 escalones cargados con cubos de agua para descubrir que el fuego no era sino un reflejo rojizo de la luna llena. Desde entonces se les conoce como "apagalunas" Nota mental: tengo que matar a la amiga que me dijo que con un par de horas teníamos bastante para ver Malinas. Regresamos a Bruselas a cenar y cerrar maletas. Mañana nos vamos a Brujas a pasar 2 días en compañía de unos amigos del norte de Francia que se reunirán con nosotros aquí Etapas 1 a 3, total 4
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