Venecia, del 26 al 28 de marzo de 2011 ✏️ Blogs de Italia

Bueno, primero de todo tengo que decir que ya había estado en un par de ocasiones en Venecia pero, en los dos casos, siempre unas pocas horas, por lo que me apetecía pasar al menos unos tres días y la ocasión al final se presentó.

Al viaje fuimos 4 personas y, como ya he dicho, al haber estado yo por ahí en un par de ocasiones me tocó a mi organizar más o menos el viaje: o sea buscar avión, alojamiento, información sobre transportes etc etc

Volaríamos con Ryanair desde Valencia hasta Trieste. Allí tomariamos un tren hasta Venecia y luego un vaporetto quenos llevaría al Lido de Veencia, que es dónde nos íbamos a alojar...


Total, que llegamos a Manises y cuando estábamos ya en las escaleras del avión... nos dijeron que volvieramos a la terminal puesto que había algún problemilla.


El avión al que no pudimos subir a la hora señalada

Teníamos que haber salido a las siete de la mañana y no lo hicimos hasta pasadas las tres de la tarde. Según lo que nos dijeron, el problema estaba en que la tripulación del día anterior se había dejado encendidas las luces de emergencia del pasillo (sí, esas que sólo iluminan cuando te explican las medidas de seguridad). Esto había hecho que se descargaran las baterías y no podíamos despegar. Tuvo que venir un mecánico desde Londres (en otro vuelo de Ryanair) para solucionar el problema, pero como ya os he dicho fueron ocho horas las que estuvimos parados. En esas ocho horas vimos despegar otros vuelos de Ryanair, uno de ellos, directo a Venecia y vimos gente de nuestro vuelo que se cambió a ese. Nosotros lo intentamos pero ya no quedaban plazas y para otro vuelo que salía a Bolonia sólo había disponibles tres asientos y nosotros eramos cuatro... En fin, que a eso casi de las cuatro despegábamos, pero con la lógica sensación de haber perdio prácticamente medio viaje.

Finalmente aterrizamos en el aeropuerto de Trieste. De allí cogimos un bus que nos llevó a la cercana Monfalcone para tomar el tren que, en poco más de dos horas, nos dejaría en Santa Lucía, la estación de Venecia. Lo primero que hicimos nada más llegar, fue buscar el punto de VeniceConnected que hay nada más salir de la estación para recoger los diversos bonos que había reservado previamente por internet: bonos de 48 horas para el transporte público (que íbamos a amortizar solamente con los viajes que nos tocaría hacer del Lido a Venecia y viceversa), entradas para los museos de la zona de la Plaza de San Marcos y un bono de 3 días para aprovechar la Wi-Fi de Venecia que me vino muy bien para estara prácticamente siempre conectado con el iPhone.


Mientras yo recogía todos los billetes, mis amigos hacían sus primeras fotos

Con los tickets de transporte en la mano, nos montamos en el vaporetto de la línea 1 que nos llevaría hasta el Lido. Prácticamente una hora de trayecto ya que es la línea que atraviesa todo el Gran Canal y precisamente fue por eso por lo que decídimos pillar ese vaporetto y no uno más directo. Así podríamos ver ya la artería principal de Venecia y además de noche.

Navegando por el Gran Canal

Una vez llegado al Lido, buscamos el B&B dónde íbamos a alojarnos (a unos 10 minutos andando de la parada de vaporettos) y dejamos el equipaje. Allí nos recomendaron un sitio para cenar,la Trattoria Africa. Yo me pedí unos espaguetis con tinta de calamar.

ñam ñam

Despues de cenar dimos una vuelta por el Lido que, a diferencia de Venecia, tiene sus calles asfaltadas con coches, motos y autobuses. Nos acercamos hasta la playa pero como era de noche no pudimos pareciar bien las típicas casetas para los bañistas que hay allí y vimos también uno de los famosos hoteles del lugar, dónde se han rodado algunas películas y se aloja alguna estrella del cine durante el Festival de Venecia.

El hotel... del que no me acuerdo como se llamaba

Tras dar el paseo, nos retiramos a descansar todavía con la sensación de haber perdido medio viaje por culpa del problema con el avión.

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Estábamos alojados en el Hotel Villa Angelica, un B&B más bien, ya que lo vimos bastante bien de precio, sobre todo si comparabas con establecimientos de la misma categoría en la misma Venecia, con desayuno incluído.



Después de desayunar nos encaminamos hacía la parada del vaporetto y, aunque el Lido tiene algún que otro canal pequeño seguíamos estando en "zona urbana"

Uno de los canales del Lido, nada que ver con los de Venecia

Esto no lo veríamos en Venecia


Nos subimos al vaporetto y la travesía duró unos 15 minutos hasta llegar a la parada en la que nos bajaríamos, Arsenale.

A punto de llegar a Venecia


Por la Riva degli Schiavoni fuímos viendo los primeros canales, cruzando los primeros puentes hasta que llegamos al Puente de los Suspiros. La última vez que había estado en Venecia, éste estaba en proceso de restauración y, lamentablemente, me lo volví a encontrar en el mismo estado: como si estuviera empaquetado.


A la izquierda se puede ver una comisaria de los Carabinieri


El primer puente que cruzamos


El Puente de los Suspiros "entre algodones"

De ahí nos dirigimos hacía el Palacio Ducal. Era a primera hora por lo que no había colas y entramos en seguida. Adquirimos las audioguías que alquilan en la entrada y nos dispusimos a hacer la visita.


De bastante utilidad las audioguías

Bueno, yo la verdad que cómo ya había estado en el Palacio Ducal y alo tenía visto y no lo disfruté tanto como los compañeros de viaje, pero siempre descubres cosas nuevas o alguna vista interesante.



En el patio principal hay una antigua góndola veneciana. Según tengo entendido, los venecianos decoraban sus góndolas con colores chillones y la cosa cada vez iba a más. El Dux de turno pensó que esto no podía seguir así y odenó que todas los góndolas tuvieran un único color: el negro.



Salimos del Palacio Ducal para toparnos con la Piazzetta San Marco, con las Colonne di S. Marco e di S. Teodore en un extremo y el Campanile en el otro.

Entre estas dos columnas se realizaban ejecuciones públicas


Aquí siempre suele haber cola para subir. Quizás algún día...


El siguiente lugar a visitar era la Basílica de San Marcos. Como estaban celebrando misa, subimos directamente al museo que hya en la planta superior, para así poder salir al balcón que da a la Piazza San Marco que, según Napoleón, es "el salón más elegante de Europa", aunque si la viera ahora, con las obras alrededor del Campanario y el par de edificios con "lonas" igual no diría lo mismo.

Detalle de la fachada principal de la Basílica


Una pena lo de las obras y ya llevan unos años así...


Después de salir de la Basílica y de estar unos minutillos por la Plaza San Marcos, nos dirigimos hacia el Puente Rialto. Aquí mis amigos ya pudieron comprobar un poco lo que realmente es Venecia al callejear por la ciudad y encontrarte cada dos por tres con canales o ver cosas típicas de allí como los timbres de las casas o los sotoportegos.





Aunque llevábamos un iPhone cargado de mapas del lugar y yo ya había estado en la zona, es inevitable que acabes perdiéndote en alguna ocasión y así nos pasó a nosotros.


Por ahí, por ahí, seguro que esta vez acertamos...

Antes de llegar al Gran Canal sabía que por la ruta había una calle "dedicada" a una amiga. Le dije que si la encontraba, me haría una foto para demostrarselo. Y así fue.


soy malvado

Bueno, al final avistamos el Gran Canal y subimos al Puente Rialto para contemplarlo mejor, aunque ante paramos a reponer fuerzas en una pastelría que vimos. Era sábado y había bastante gente ya que el mercado cercano estaba abierto.


Que buena pinta tenía todo


A los pies del puente


Típica foto que hace todo el mundo al Gran Canal desde el Puente Rialto

Como he comentado, el mercado estaba abierto y también los puestos de souvenirs que hay por la zona. De comida no íbamos a comprar nada, pero mis amigos si estaban interesados en comprarse máscaras, imanes, etc así que mientras ellos miraban por los tenderetes, yo me fuí a ver el Mercato del Pesce aunque lo encontré ya vacío y con los operarios limpiando, se ve que estaba todo el pescado vendido, así que me fuí a la plaza que hay al lado a sentarme un rato, justo dónde está el reloj de 24 horas.

Unos comprando...


...y yo contemplando este curioso reloj


Después de ver las máscaras y demás suovenirs (volveríamos por la tarde para hacer las compras) subimos por el canal para ver, por fuera, Ca' d'Oro y despues enfilamos hacia Campo San Polo para encontrar algún sitio dónde comer. Lo hicimos en la Trattoria Ca' Foscari Al Canton pasando el Campo San Tomà, un sitio tranquilo cerca de una zona universitaria.


Ca' d'Oro a la derecha y aquí se acababa "tierra firme" en este lado del canal

Gente disfrutando del día en Campo San Polo


Callejeando en busca de un lugar dónde comer

Para tomar el postre nos dirigimos hacia Campo Santa Margherita, ya que nos tomarías un helado en la famosa heladería Il Doge


Campo Santa Margherita, una de las plazas más frecuentadas de Venecia


Tengo que reconocer que a mi el helado me duró un suspiro


Muy cerca se encuentra el Ponte dei Pugni. Aquí se organizaban peleas entre clanes rivales hasta que acabaron prohibiéndolas debido a su violencia. En el suelo, grabadas en piedra, hay unas pisadas que indicaban la posición de inicio de los combates.

Una de las cuatro "pisadas"

Cruzando el puente vas a dar Campo San Barnaba, con su iglesia del mismo nombre. En dicha iglesia, un célebre arqueólogo encontró la "X" que marcaba el lugar...


La iglesia que puso a Indiana Jones tras la pista del Santo Grial


Andamos un poco más y decidimos coger un vaporetto (había que aprovechar el bono de transporte) para ir a Santa Maria della Salute, pasando antes por el puente de la Academia. Después de ver la iglesia fuimos a la Punta della Dogana, al lado mismo, que es donde acaba el Gran Canal.


La Basílica de Santa María de la Salud


Tuvimos suerte y la estatua que hay en la punta no estaba encerrada en la caja de cristal

Luego cogimos otra vez el vaporetto para volver a la zona del Puente rialto y hacer las compras pendientes que teníamos.


Esperando al vaporetto

Eligiendo las máscaras

Después de hacer las compras, otra vez a esperar un vaporetto. Ahora iríamos en dirección contraria, hacia la estación de tren, pero antes de llegar a ella le dariamos la vuelta al Cannaregio hasta llegar a Arsenale. Por el camino pasaríamos por debajo de varios puentos y veríamos la isla de San Michele, el cementerio de Venecia.


Ponte delle Guglie


Ponte dei Tre Archi


La isla cementerio de S. Michele

Bajamos del vaporetto y fuimos hacia la Via Garibaldi. Paseamos por esa larga avenida, para lo que es Venecia, viendo sus jardines y luego cruzamos el puente que comunica con la Isola San Pietro


Sobre el citado puente. Ya empezaba a refrescar

Deshacimos el camino y recorrimos toda la Riva degli Schiavoni hasta la parada de vaporetto que nos devolverí al Lido para descansar un poco antes de la cena.


Paseando por el Sestiere de Castelo

En el Lido después de descansar una horilla, nos hicimos unas fotos con las máscaras que habíamos comprados y luego fuimos a cenar. No recuerdo el nombre del restaurante, estaba al principio del Gran Viale Santa Maria Elisabetta pero nos decidimos a entrar porque vimos que tenían música en directo. De hecho, los dueños del local se marcaron varios bailecitos y también sacaban a bailar a algún cliente.


Las máscaras del carnaval veneciano


Mientras unos bailaban yo me zampaba esto


Después de cenar volvimos a Venecia para verla de noche, principalmente la Plaza San Marcos y el Puente Rialto. Pese a ser sábado, no vimos a mucha gente.


El Puente Rialto de noche

Al volver, como sé que a uno del grupo le gustaba la Fórmula 1, le comenté que había una tienda de Ferrari con un monoplaza. Yo la había visto en anteriores ocasiones de casualidad, pero esta vez sabía la dirección exacta... y no encontramos el lugar. Tras dar varias vueltas, desistimos de encontrarla y al girar una esquina... nos topamos con ella, de casualidad, como no.

El coche en cuestión

Después de esto, nos retiramos ya a descansar. Habíamos aprovechado el día bastante y prácticamente vimos todo lo que teníamos previsto para ese día y parte del anterior que no pudo ser.

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Nuestro avión de vuelta salía poco antes de las 10 de la noche, pero lo hacía desde el aeropuerto de Trieste, por lo que nos tocaba hacer por lo menos alrededor de dos horas en tren y otro ratillo en autobus. Como pudimos recorrer bastante Venecia el día anterior, decidimos emplear la mañana en ir a alguna de las islas, luego coger el tren y ver algo de Trieste y después tomar ya nuestro vuelo.

Para rematar, el día amaneció lluvioso, por lo que patear por Venecia no era buena idea y al menos el trayecto que haríamos a la isla lo haríamos resguardados.

Así nos amaneció


Lo primero que hicimos fue coger un vaporetto que nos llevara a la estación de Santa Lucía con la idea de dejar el equipaje en consigna y no ir cargados el resto del día. Montamos en el vaporetto, una vez más en la Línea 1, la que atraviesa el canal y hacía la estación nos dirigimos.


Siempre solíamos sentarnos en el exterior de los vaporettos, pero hoy el día no acompañaba...


La entrada a la estación de ferrocarril

Después de dejar la maleta, montamos en otro vaporetto hasta Fondamenta Nuove, la parada de donde salen las embarcaciones hacia las islas. Volvimos a ver la isla-cementerio de San Michele pero a esa como que no nos apetecía ir


Era lunes y tenía entendido que ese día las fábricas de cristal de Murano no solían abrir al público, así que nos decantamos por ir a Burano, a ver que tal. Además el trayecto era más largo, unos tres cuartos de hora, lo que quería decir que estaríamos más tiempo protegidos de la lluvia.


A punto de coger el vaporetto LN para ir a Burano

Al acercarnos a la isla ya vimos algunas de sus típicas casas de colores y nada más desembarcar vimos una de las tiendas que vendía productos de encaje, lo más conocido de esa isla.



Luego ya nos metimos en la calle principal, con el canal que la atraviesa y en la que todas las casas están pintadas con colores vivos. Dicen que esto se debe a que los marineros no encontraban bien sus casas cuando regresaban debido a la niebla.




Como seguía lloviendo bastante, nos metimos en una tienda que había en la plaza principal. Tuvimos la suerte de que el dueño hablaba bastante bien castellano ya que, según nos dijo, viajaba un par de veces al año a las Canarias con dos maletas repletas de productos de la isla para colocar en establecimientos de allí. La verdad es que fueron muy amables,les compramos bastantes cosas y en todas nos hicieron un buen descuento. La tienda era I Merletti di Letizia


Bajo la lluvia


La plaza del pueblo


Al volver hacia Venecia y a la altura de Murano, dejo de llover un poco y aproveché para sacarle una foto al Faro de Murano




Bueno, luego ya tomamos el tren y nos fuimos hacia Trieste, esperandoque durante el camino dejara de llover y así poder ver algo de la ciudad. Pero notuvimos suerte, y tras acercarnos al centro decidimos volver a la estación, comer algo y luego pillar el autobus que nos llevaría al aeropuerto y de allí de regreso a casa.

Os pongo algunas de las pocos fotos que hicimos en Trieste:




Esta vez el vuelo si salió a su hora, llegamos a Valencia a la hora que tocaba pero aún nos tocaba ir a Castellón. Yo cuando llegué todavía me quedé un ratillo en la plaza que hay al lado de mi casa porque estábamos en las fiestas de La Magdalena y me encontré con unos amigos


Bueno, pues aquí finaliza este diario.

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