Viaje por Botswana y cataratas Victoria ✏️ Blogs de Africa Sur

Antes de pasar a exponer el cuaderno de viaje de esta maravillosa aventura, cabe explicar el por qué escogimos estas fechas tan poco habituales para viajar (abril del 2024), y no es otro que hacer coincidir el motivo original de nuestro viaje, ver las Cataratas Victoria, con el máximo apogeo de su caudal de agua.

El mejor momento para presenciar la inmensidad de las Cataratas Victoria es justo después de la temporada de lluvias. En abril y mayo, las cataratas están en su plenitud. Es en esta época donde se puede disfrutar del espectáculo de 5 millones de litros de agua por minuto y un chorro de agua que se extiende de 35 a 60 km. desde las cataratas mismas. Así de poderosas son las cataratas durante este tiempo.

Durante este periodo de lluvias, un aumento de un metro en el nivel del Río Zambeze produce un aumento de cinco metros en el nivel de las aguas que pasan por la garganta. El rocío desprendido es denso, produciendo un arcoíris y ofreciendo una fantástica vista cuando se ve desde el aire.

Por otro lado, si las visitamos cuando las cataratas comienzan a secarse, entre julio y diciembre, se podrán ver las formaciones rocosas geológicas con más detalle. Las cataratas caen solo en una pequeña parte en su lado izquierdo, en Zimbabue. Este es el momento preferido para que los que quieren ver la inmensidad de la catarata al descubierto con su piedra de basalto bajo la luz del sol.

Pero viajar miles de kilómetros para ver solo las cataratas en tres días se quedaba corto, por lo que decidimos recurrir al consejo y las recomendaciones de nuestros amigos de AFRICA SOL SAFARIS, Isabel Mayoral, una española afincada en Sudáfrica y su marido Pieter Engelbrecht , ranger de la reserva MABULA PRIVATE GAME RESERVE, un entorno privilegiado donde residen y ofrecen sus servicios. Tuvimos la suerte de conocer a esta maravillosa pareja en nuestro anterior viaje por Sudáfrica.

Atendiendo a nuestros deseos y aspiraciones, nos planificaron un viaje extraordinario, que nos permitió conocer dos de los lugares más representativos de ese maravilloso país que es Botswana, el magnífico Delta del Okavango, un paraíso en la Tierra, y el no menos excepcional Parque Nacional de Chobe. A continuación, se expone el resultado de esta maravillosa aventura.

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Salida desde Madrid con destino al aeropuerto Charles De Gaulle, en el vuelo de la tarde de la compañía AIR FRANCE. Llegamos a París y, tras una corta escala, cogimos el vuelo de AIR FRANCE de las 00:00 horas con destino a la ciudad de Johannesburgo, a donde llegamos a las 11:30 horas del día siguiente.

Tras pasar sin incidencias los filtros de inmigración, nos dirigimos caminando a la cercana Estación de Autobuses del aeropuerto O.R. TAMBO, donde cogeríamos el servicio de suttle del hotel elegido para nuestra primera noche, el PREMIER O.R. TAMBO, situado a solo 10 minutos del aeropuerto.

Pasamos el resto del día en el hotel, para recuperarnos del vuelo. Este hotel fue una excelente elección por su ubicación, sus instalaciones y el servicio. Nuestra primera intención era acercarnos a visitar el APARTHEID MUSEUM de Johannesburgo, pero por ser lunes, este se encontraba cerrado.

De nuevo utilizamos el transfer del hotel para acercarnos al aeropuerto y así coger el vuelo de las 12:00 de la compañía CEMAIR con destino a MAUN, en BOTSWANA. A modo de consejo hay que decir que este vuelo solamente se encuentra disponible durante algunos días de la semana, lo que puede influir en la programación del viaje. El vuelo no es muy cómodo, pues se hace en un avión de hélice bimotor de plazas y peso limitados.

Tras aterrizar en MAUN (cabe recordar también que esta localidad es la puerta de entrada al Delta del Okavango) y pasar el correspondiente filtro de inmigración, nos recogió el suttle del HOTEL SEDIA, el lugar elegido para pasar esta noche. Una vez instalados, esperamos la llegada del transfer de HORIZON HELICOPTERS, compañía con la que íbamos a realizar una de las actividades que más ilusión nos hacía, volar sobre el Delta en helicóptero, en un vuelo de 45 minutos, a la que se añadió la especial circunstancia de hacerlo con las puertas abiertas o, mejor dicho, sin puertas. Lo extraordinario del paisaje, a última hora de la tarde, la sensación de volar a baja altura sobre manadas de elefantes, búfalos, flamencos, etc., fue indescriptible, maravillosa. Los dos pilotos, unos chicos muy jóvenes, pero con mucha pericia en el manejo del helicóptero, nos fueron explicando cada detalle de lo que íbamos viendo.

Tras esta experiencia extraordinaria, volvimos al hotel para prepararnos para la cena, en una zona habilitada cerca de la piscina. El entorno, el servicio y la calidad de la comida fueron excepcionales. El HOTEL SEDIA es un hotel muy recomendable, con un trato excelente, muy limpio, muy cómodo y con una buena cocina.

Es este el día donde nos trasladaremos a la siguiente etapa de nuestro viaje, al interior del DELTA DEL OKAVANGO, en concreto al CHA CHA METSI LODGE. Después de un buen desayuno, esperamos la llegada del vehículo que nos llevaría al lodge. Este llegó a las 13:30 horas y se trataba de un todoterreno abierto, en el que recorrimos los casi 50 km. que nos separaban hasta nuestro alojamiento en unas 2 horas y media, por carreteras de tierra, a través de un bonito paisaje, donde era frecuente ver de forma aislada grupos de elefantes o de jirafas.

A la llegada al lodge, fuimos recibidos por sus encantadores propietarios, Claire y Marika, y por todo el staff, que nos estaban esperando. Tras los saludos y presentaciones, nos guiaron por un bonito sendero hasta la gran tienda que hacía las veces de salón común y comedor. Era esta un lugar extraordinario, muy acogedor y con unas vistas que eran un placer para los sentidos, estratégicamente colocada frente al río, donde se advertía la presencia de varios hipopótamos, dentro de una exuberante vegetación.

Nos ofrecieron la bebida que deseáramos, cervezas, refrescos o combinados, y después de un rato de agradable conversación con nuestros anfitriones, además de otra pareja de huéspedes que hizo el viaje con nosotros, nos condujeron a nuestro alojamiento, una maravillosa tienda, muy espaciosa y con todo lujo de detalles, situada frente al río, desde donde se podía divisar a un grupo de hipopótamos. El alojamiento y el entorno eran idílicos, nos dejó sin palabras.

Tras acomodarnos, nos dispusimos a realizar un drive (safari) por las inmediaciones del lodge, acompañados por nuestro conductor y guía. Un bonito paseo por caminos de tierra, con un paisaje en el que se mezclaban zonas boscosas (denominadas bush) con zonas despejadas, charcas, y donde podía verse diferente variedad de fauna, hizo que esta experiencia fuera extraordinaria.

Tras disfrutar del atardecer en una de esas charcas, tomando una bebida y un aperitivo en un improvisado picnic que preparó nuestro guía, disfrutando de la compañía y del entorno, que se iba llenando de numerosas aves, iniciamos el regreso al lodge a donde llegamos ya entrada la noche.

Fuimos acompañados hasta nuestra tienda por el personal ya que, al encontrarse el campamento dentro del Delta y carecer de vallas de seguridad, los desplazamientos por el recinto deben hacerse siempre acompañados, prestando mucha atención al entorno. Tras cambiarnos, regresamos a la tienda principal donde el staff había preparado con mimo una mesa preciosa y con mucho gusto. La cena, a la que se unieron los anfitriones y la otra pareja de huéspedes, fue espectacular, y la velada, muy agradable.

De vuelta a nuestra tienda, comprobamos que ya la habían preparado para pasar la noche (mosquitera extendida, la cama abierta y la iluminación tenue). Nos dormimos con una agradable sensación de bienestar, mientras afuera se oían los sonidos de actividad de los hipopótamos, las hienas y los leones. Una sensación realmente mágica.

Hoy tocaba levantarse muy temprano, pues la actividad que nos tenían preparada para el día de hoy empezaba a las 6:00 horas. Tras un frugal pero apetitoso desayuno, subimos al todoterreno para comenzar el largo safari programado. Durante más de 6 horas estuvimos recorriendo parte de la enorme extensión del Delta, observando toda clase de animales salvajes, en diferentes zonas, por lo que el tiempo pasó sin darnos apenas cuenta. Incluso hicimos una parada para hacer un picnic en un entorno maravilloso.

Ya de vuelta al lodge, nos estaban esperando nuestros anfitriones para despedirse, pues debían dirigirse a Maun para unas gestiones, dejándonos en las buenas manos de un staff extraordinario. Tras el almuerzo, como en la noche anterior, en la tienda principal, nos dirigimos a nuestra tienda para disfrutar de un merecido descanso antes del drive de la tarde.

De nuevo fuimos recorriendo otras zonas del Delta, diferentes de las de la mañana, disfrutando con la visión del entorno y de la fauna. Ya era de noche cuando regresamos al lodge donde nos habían preparado una riquísima cena, que disfrutamos junto al resto de los huéspedes, en una velada muy agradable. Regresamos a nuestra tienda y, como en la noche anterior, nos dormimos bajo los sonidos del Delta (la actividad de los hipopótamos en el río y los leones rugiendo en la distancia).

Este día amaneció lluvioso, pero fue despejándose poco a poco a lo largo de la mañana por lo que nuestro guía nos dotó de un buen poncho forrado para hacer más llevadera la jornada. Hoy tocaba poner fin a nuestra estupenda estancia en el CHA CHA METSI LODGE y poner rumbo de vuelta a MAUN, pero antes, realizaríamos un drive de aproximadamente 3 horas. La lluvia no fue obstáculo, lo que nos permitió ver una enorme manada de búfalos internarse en la espesura del bosque ante nuestra presencia. Un espectáculo maravilloso y sobrecogedor.

Una vez de regreso al lodge, recogimos el equipaje, y tras un buen desayuno, nos dispusimos a tomar el entretenido camino de vuelta. Tras una cordial y calurosa despedida del staff, iniciamos el viaje que, en unas 2 horas y media, nos llevó de nuevo al HOTEL SEDIA en MAUN, donde permanecimos el resto del día descansando de esta larga jornada, y aprovechando también para ponernos al día de lo acontecido estos días por internet, ya que en las jornadas anteriores no tuvimos contacto con el mundo exterior, pues en el lodge, situado en el interior del Delta, había una mínima o casi inexistente cobertura. Cenamos en el hotel, de nuevo con una comida y un servicio excelentes.

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Hoy toca volar hacia la siguiente etapa de nuestro viaje, KASANE, la puerta de entrada al PARQUE NACIONAL DE CHOBE. Tomamos el vuelo del mediodía con la compañía AIR BOTSWANA que, en apenas media hora, nos llevó hasta KASANE. Ya en el aeropuerto, el suttle del hotel que habíamos elegido para los siguientes días, el CHOBE SAFARI LODGE, nos estaba esperando, y en apenas 10 minutos ya estábamos haciendo el check-in en la recepción del magnífico complejo. De este hotel tenemos que decir que sus instalaciones, el servicio y la comida fueron excepcionales. Antes de instalarnos, contratamos con ellos las actividades que realizaríamos durante nuestra estancia, a saber, una excursión en barco por el Río Chobe para la tarde de hoy, y un safari por el P.N. CHOBE para el día siguiente.

En el propio embarcadero del hotel cogimos el barco para la excursión, una embarcación enorme, con mucho espacio para poder moverse libremente, y dotada de bar y baños. Durante las siguientes 3 horas recorrimos el perímetro de la isla SEDUDU, que sirve de frontera con el vecino país de NAMIBIA. Efectuamos numerosas paradas a lo largo del Río CUANDO, en ambas orillas, pudiendo observar gran número de aves, elefantes, hipopótamos, cocodrilos y distintas variedades de antílopes. Este viaje fue extraordinario. El propio capitán del barco explicaba con detalle las características de flora y fauna. Como colofón, al final del viaje disfrutamos de un excepcional atardecer, donde el sol se reflejaba sobre la superficie del río.

Después de desembarcar, nos cambiamos para la cena en uno de los dos restaurantes del hotel, en esta ocasión el Grill-Buffet, donde disfrutamos de una comida y un servicio magníficos. Después, sobremesa alrededor de la hoguera, con vistas al río, dando por finalizado un día extraordinario.

Mañana de relax en el hotel para descansar y disfrutar de las instalaciones. Tras un buen desayuno, pasamos la mañana recorriendo el complejo y disfrutando de la piscina y su entorno. A las 15:00 horas nos esperaba en la recepción el todoterreno semidescubierto que nos llevaría a hacer un safari por el P.N. CHOBE, cuyo acceso principal se encuentra a solo 10 minutos del hotel. Aunque comenzó a llover, los ponchos que nos dio el guía sirvieron para que el viaje hasta el parque y parte del recorrido por el mismo fuera muy agradable.

Durante unas 3 horas recorrimos varias carreteras y puntos de interés del parque, observando diferentes especies de fauna salvaje y disfrutando del bonito paisaje otoñal de bosque bajo. Incluso tuvimos la suerte de poder ver como varias leonas devoraban lo que quedaba de una desafortunada jirafa.

Regresamos al lodge al atardecer y, tras cambiarnos, fuimos a cenar, esta vez a la carta, en el segundo restaurante del hotel. El acogedor ambiente del mismo, el servicio y la comida fueron excelentes. Después de la cena, regresamos a nuestra habitación para hacer el equipaje, pues a la mañana siguiente tocaba trasladarse a otra nueva etapa de nuestra aventura, cerca de la frontera con el vecino país de ZIMBAWE.

A media mañana nos recogió el staff del SENYATI SAFARI CAMP para trasladarnos hasta su campamento. En el camino, hicimos una breve parada en un supermercado de KASANE para abastecernos de bebida y algo de comida, pues en el camping no disponen de restaurante. Tardamos unos 20 minutos en llegar al camp, recorriendo caminos de tierra, por unos paisajes muy bonitos, en el que pudimos ver varias jirafas, búfalos y muchas aves.

El SENYATI SAFARI CAMP, situado en el VALLE DE LESOMA, es un camping con varias parcelas para acampada de vehículos, dotadas de ducha, office para cocinar y barbacoa, así como de varias cabañas para alojamiento. Este camp está ubicado frente a una charca artificial, en un paraje muy bonito, a donde acuden a diario varias manadas de animales, en concreto, elefantes al amanecer y búfalos al atardecer, además de hienas y antílopes.

Desde la zona habilitada para su observación y desde la terraza del bar se pueden observar también gran cantidad de aves. Disponen también de un pasadizo subterráneo que te lleva a un observatorio situado a ras de suelo, a escasos metros de la charca. Es este camping un lugar muy interesante para los amantes de la fauna y la fotografía.

Nosotros no tuvimos mucha suerte a la hora de ver la variedad de fauna, pues toda la tarde estuvo lloviendo de manera intensa por la zona. En el pequeño bar del camp encargamos una pizza, la única opción que se ofrece, y junto a lo que habíamos comprado, cenamos delante de nuestra cabaña, acompañados por los sonidos de la noche africana.

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