Sri Lanka (agosto 2023) ✏️ Blogs de Sri Lanka

Nos levantamos con muchas ganas porque tocaba uno de los días que más ilusión nos hacía (el plan de por la mañana era la visita de Polonnaruwa y por la tarde safari). Tras un rico desayuno en el hotel (calor pasamos, pero la comida estaba buenísima), nos terminamos de preparar y a las 9h nos esperaba Pradeep para iniciar el itinerario de ese día. Hasta entonces, las horas de recogida/llegada las estaba marcando él y a lo largo de ese día nos dimos cuenta que teníamos que haber empezado el día mucho antes porque “Pradera” nos metía mucha prisa en cada parada y no pudimos disfrutar de la visita de Polonnaruwa como nos hubiera gustado... Fue un gran error que nos recogiera a las 9h, teníamos que haber empezado ese día, por lo menos, a las 8 de la mañana.

El precio de la entrada a Polonnaruwa es de 25$ por persona y se puede pagar con tarjeta (punto muy positivo porque es de los pocos sitios que admiten tarjeta). Como solo llegar “Pradera” ya nos estaba metiendo prisa para llegar a tiempo al safari, no pudimos entrar al museo que está justo al lado de las taquillas y que habíamos leído que merecía la pena. Nos quedamos con las ganas...

Así que ya con los tickets, nos volvimos a montar en nuestro coche y Pradeep nos iba parando en los diferentes puntos para hacer las visitas correspondientes por nuestra cuenta. Ir en coche es un puntazo y muy cómodo, habíamos leído que se podían alquilar bicis, pero no nos parece una idea demasiada cómoda teniendo en cuenta las distancias y el calor que hacía.

Polonnaruwa nos encantó, en nuestra opinión 100% recomendable y, como decíamos, nos quedamos con ganas de visitarlo de forma más tranquila y sin prisas...

Tras la visita, nos llevo a comer al Restaurante Jaga Food (a las afueras de Polonnaruwa). Había bastante gente de excursiones y era un buffet completísimo en el que, antes de empezar a servirte, el dueño te explica todos los platos con una sonrisa. Tiene unas vistas detrás a una especie de ría que era bonita y donde vimos un reptil que parecía una mezcla entre serpiente y cocodrilo que nos gustó. Además, también hay buffet de postres típicos y la ubicación no puede ser mejor, en plena naturaleza, muy bonito. El precio de 2 buffets con cervezas Lion y agua fue de 6.950 rps. (menos de 20€).

Ya comidos y sin tiempo que perder (“Pradera” no hacía más que estresarnos) nos montamos en el coche de camino al Safari. Finalmente, lo hicimos en Kaudulla ya que según nos dijeron era mejor momento de hacerlo allí y en esas semanas había más animales que en Minneriya (que era nuestra opción inicial). El precio del safari privado de medio día fue de 47.000 rps (dos personas) y fue curioso porque a eso Pradeep sí que quiso venir... cuando no nos había acompañado a ningún otro sitio/excursión y siempre nos dejaba en la puerta para que lo visitáramos solos.

El safari estuvo bien, vimos muchos elefantes, aunque creo que no tuvimos demasiada suerte y no los vimos de muy cerca salvo a un par... pero como era nuestro primer safari lo disfrutamos como enanos, la verdad!!! Eso sí, mucho calor y solo llevábamos una botella de agua para los 2... así que lo pasamos un poco mal en los últimos minutos.

Nuestra sorpresa es que otra vez nos pasó lo mismo que en Anuradhapura y a la salida del safari, Pradeep nos “obligó” a darle propina al conductor (obviamente, amigo suyo). Le dimos propina sin rechistar porque estábamos con la euforia del safari, pero luego pensándolo no nos pareció bien porque ya habíamos pagado un precio (47.000 rps., más caro del que nos dijo Champi por WhatsApp antes de ir) que no sabemos si estaba inflado o no y si incluía ya la propina o no... otra de las dudas que siempre nos quedará... pero luego a la vuelta al guest house hablando con el dueño de la casa nos dijo que habíamos pagado demasiado y que él nos lo hubiera conseguido bastante más barato...(a parte del hotel, también trabajaba como taxista).

Ese día cenamos en el Guest House porque “Pradera” decidió que era lo mejor, sin preguntarnos. Tenemos la teoría de que había quedado con amigos y quería “librarse” de nosotros... vamos, que ese día “Pradera” se cubrió de gloria y no hizo más que ganarse puntos negativos por las prisas, por los precios no desglosados y por pasar de nosotros en la cena y no ofrecernos alternativa alguna.

No obstante, como estábamos cansados, queríamos aprovechar un poquito la piscina del guest house y hacerles “gasto” a la familia tan amable que nos estaba acogiendo, nos pareció buena idea quedarnos en casa. Además, le pedimos que si nos podía conseguir cerveza Lion y nos dijo que por supuesto!!!!!!!!! Así que cenamos muy rico, comida tradicional, con cerveza y mucho más barato que el día anterior en Rastarant.

Nuestro alojamiento para las dos noches de Sigiriya fue Galaxy View Homestay, se trata de la casa de una familia que tiene varias habitaciones al estilo bungalow. El sitio es agradable y nos trataron fenomenal, pero no repetiríamos por varias razones... Por la primera porque por la ventana del baño (que no se podía cerrar) entraba algún que otro bicho (que es normal porque la casita estaba en medio de la selva, pero eso no quita que nos diera mucho asco, aunque fue entretenido ya que había muchas hormigas que subían y bajaban de una esquina del baño y una amable rana se quedó ahí comiéndoselas); por la segunda por el calor que pasamos durmiendo al no tener aire acondicionado como tal y solo un ventilador de techo y por la tercera porque la habitación y baño no era demasiado amplio para pasar dos noche como pasamos... tal vez si solo hubiéramos pasado una noche, la cosa sería distinta.

A pesar de que no repetiríamos, sólo tenemos palabras de agradecimiento para la familia. La comida era excelente y muy abundante, tanto los desayunos como la cena que hicimos allí, y nos consiguieron cerveza sin problema!! Además, Karu (el dueño) después de cenar nos insistió a pasar al salón de su casa, donde nos invitó a unas bebidas, nos enseñó su álbum de boda y charlamos de forma muy agradable con su familia y con una familia francesa que también se hospedaba allí. Fue un ratito muy agradable y súper auténtico que no olvidaremos nunca.

El precio total de las dos noches con desayuno y la cena con 4 cervezas fue de tan solo 15.000 rps (44€). Fue el alojamiento más barato de todo el itinerario.

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Como el día anterior habíamos ido con tantas prisas y estrés, y queríamos aprovechar el último día con conductor al máximo, le dijimos a Pradeep que nos recogiera antes. Todos los días nos recogía a las 9h y nos insistió en recogernos a las 9h, pero nos negamos y le dijimos que antes.... Sólo rascamos media hora y finalmente nos recogió a las 8.30h, pero por lo menos algo de tiempo ganamos y fue un día mucho más productivo de lo que pensábamos!!

La primera parada del día fue las cuevas y templo Dambulla (4.000 rps). Es una visita que se puede hacer en aproximadamente 1 hora y nos gustó mucho.

Luego pusimos rumbo a Kandy y por el camino paramos en el templo hindú Matale (1.000 rps). Era el primer templo hindú que veíamos y la verdad es que es de lo más llamativo... nos gustó mucho ver algo tan distinto y por el precio merece mucho la pena!!

De vuelta al coche, Pradeep paró en un puesto de la carretera para comprar una fruta de lo más curiosa (durian) que huele increíblemente mal (en muchos países la han prohibido llevar en transporte público por el olor y es que es normal, el olor era insoportable) y que quería llevar a sus padres que vivían en Kandy. Como paramos, quisimos probarla también nosotros, pero no nos entusiasmó (la textura es un poco desagradable) y Pradeep nos pidió por el durian 1.000 rps (casi 3€!!!!). Sinceramente, creemos que no pagamos un durian sino que pagamos todos los durians que compró “Pradera” para su familia.... Nos cuesta mucho pensar que un solo durian (en un puesto de carretera) pueda costar casi 3€, pero como fuera de Kandy ya no vimos más puestos... nos quedamos con ganas de preguntar en otro por el precio y con la duda de si una vez más “Pradera” nos había “timado” o no...

Tras la compra de los durians, ahora ya sí que sí pusimos rumbo a Kandy y llegamos muy pronto, y como Pradera llevaba durians en la bolsa, el coche olía fatal, pero nos lo tomamos con humor, porque es curioso que esa fruta huela literalmente a basura en el contenedor. Directos al hotel en el que pasaríamos esa noche que, por cierto, muy probablemente el mejor hotel del viaje. Apuntad el nombre porque merece la pena: The SkyDeck Kandy. Es un hotel precioso en una de las colinas con unas vistas espectaculares a Kandy, con unas habitaciones y baños super modernos (la ducha tenía una cristalera impresionante a Kandy, de verdad que increíble) y limpios y una terraza espectacular. Además, como habían cancelado ese día una habitación de categoría superior, el dueño del hotel nos pasó a esa habitación sin coste alguno. No podíamos estar mejor!!!

Dejamos las cosas en la habitación y como era la hora de comer y teníamos “contratado” a Pradeep ese día también, le pedimos que nos llevara a comer algo y luego al jardín botánico Peradeniya y que ahí ya nos dejara y no hacía falta que nos viniera a buscar (no estaba por la labor, la verdad que se notaba que como ya estaba en su ciudad quería perdernos de vista cuanto antes y la verdad es que nosotros a él también jejeje).

Total que nos llevó a un hotelazo al lado de los jardines super pichi que pensábamos que nos iban a clavar un ojo de la cara por una comida típica buffet. La verdad es que ya estábamos muy hartos de siempre comer lo mismo en los típicos buffets y no poder elegir algo más a nuestro aire. Además, ese buffet no nos gustó especialmente porque sólo había cosas picantes.... Era gracioso porque “Pradera” elegía los sitios y nos llevaba directamente sin preguntarnos siquiera qué nos apetecía comer o si teníamos hambre o queríamos algo rápido... y allí en los restaurantes una vez que estábamos sentados y con el dueño delante nos preguntaba que si estábamos happy con el sitio... como para decirle que no cuando ya estás en el local y sentado... en fin, que esas cosas no nos gustaron nada de Pradeep y es una de las razones principales por las que no lo recomendaríamos.

La comida, aunque bastante floja porque no había muchas opciones y todas picaban demasiado, no resultó tan cara como esperábamos y fueron unas 6.000 rps. los dos buffets con una cerveza grande que compartimos y un agua. No recordamos el nombre del sitio, pero como no nos gustó y no lo recomendaríamos, pues ni siquiera nos hemos molestado en buscarlo...

Tras la comida, Pradera nos llevó a los jardines y ahí nos despedimos de él. La despedida fue de lo más fría, pero es que él insistió en que le escribiéramos desde Nuwara Eliya para seguir el viaje con él que nos iba a llevar a un orfanato de elefantes y no se qué....(además como sólo teníamos los billetes de tren de ida y no de vuelta, nos dijo que nos podía conseguir los billetes por 3000!!! Rps, pero le dijimos que no hacía falta y él nos insistió de una forma un tanto alterada y la verdad que demasiado incómoda). Pero nosotros teníamos claro que lo queríamos perder de vista cuanto antes porque no nos habían gustado muchas cosas y por fin empezaba nuestro viaje de mochileros más real!!

Total que a pesar de todo no quisimos quedar mal y con eso de que las tips son típicas, pues le dimos una propina de 5.000 rps. que, sinceramente, ahora (viendo todo el viaje en perspectiva y teniendo en cuenta sus servicios y sus comportamientos) dudamos bastante en si le dejaríamos la misma propina o nada....

Ya libres de nuestro “Pradera” compramos los tickets para el jardín botánico (6.000 rps) y nos decidimos a pasear un ratito tranquilamente por los jardines que habíamos leído que eran muy bonitos y la verdad es que sí, son muy bonitos y muy grandes. Puedes perderte en ellos todo el tiempo que quieras. Ahí tuvimos la primera tormenta del viaje (habíamos estado 4 días enteros sin lluvia!!!), pero fueron apenas 10 minutos y nos resguardamos bajo un árbol enorme así que no hubo ningún problemas. También en los jardines vivimos nuestra primera experiencia con los niños de colegio, había muchos grupos de niños con los uniformes y todos nos saludaban con una sonrisa y los más valientes nos pedían una foto con ellos. Fue muy curioso que pidieran fotos como si fuéramos famosos. No sé cuantísimas fotos nos llegamos a hacer, pero llegó un momento que fue incluso agobiante y tuvimos que intentar huir jejej. También fue nuestra primera mala experiencia con los monos, porque mi novio que tenía la cámara en la mochila, fue a sacarla a hacer unas fotos y un mono fue directo hacia él con cara de pocos amigos (imagino que sería por el hecho de abrir la mochila, ya que piensan que les vas a dar comida), pero un paisano que estaba por ahí, logró ahuyentarlo.

Tras un par de horas de visitas y como todavía era pronto, decidimos poner rumbo al Templo del diente de Buda. A la salida, negociamos el precio con un tuk tuk (nuestro primer tuk tuk, qué ilusión!!!) y conseguimos el precio de 500 rps. hasta el templo. Por el trayecto el conductor fue majísimo y no paró de darnos conversación (igualico que nuestro “Pradera” jiji) y nos insistió en que aún era pronto y que nos podía llevar antes al Templo del Buda Gigante de Kandy (en lo alto de la montaña) y luego nos acercaba al Templo del Diente e insistió en que llegaríamos a mejor hora al templo del diente porque veríamos la ceremonia. Nos cayó tan bien, que aceptamos su consejo y nos llevó primero al Templo del Buda Gigante (600 rps) que nos gustó mucho porque lo visitamos solos y las vistas eran muy bonitas. Así nos hicimos una idea del tamaño de la ciudad. Además, el hombre que estaba en la taquilla hablaba un poquito español y no pudo ser más simpático y amable.

Luego nuestro conductor de tuk tuk nos llevó al Templo del diente y como estábamos tan contentos por haber visto el Templo del Buda Gigante, decidimos darle 800 rps en vez de las 500 rps acordadas inicialmente. Además, como nos pareció tan majo, acordamos que al día siguiente nos recogiera en el hotel para hacer un tour de unas 2 horas por la ciudad y nos dejase en la estación de tren para nuestro próximo destino.

Entramos al Templo del diente (4.000 rps) y la verdad que fue muy agobiante. Como había ceremonia, había muchísima gente (tanto turistas como ceilandesas) y hacía mucho calor, por lo que, aunque es bonito y tiene mucha historia, no fue una visita muy agradable.
Cuando salimos ya había anochecido y paseamos un poco por la ciudad, pero la verdad es que no estaba iluminada y todas las tiendas cerradas, nos pareció un poco triste ver la ciudad así... como sin vida y eran apenas las 19.30- 20h. Como no teníamos nada más hacer, decidimos ir a cenar a un sitio muy local que me había recomendado un amigo desde España: Balaji dosai (muy cerca del Templo del Diente) y que estaba a rebosar de gente también, pero pedimos y conseguimos una mesa en la terraza de arriba. Pedimos un par de dosas con cheese y onion y un par de zumos naturales porque no tenían cervezas. La comida estaba rica y por fin era algo distinto a todos los buffets típicos que nos tenía acostumbrados “Pradera”, pero la verdad es que para mi gusto las salsas picaban mucho y comer la dosa sin salsa no tiene mucha gracia... así que tampoco nos encantó. El precio fue de 3.150 rps.

Tras la cena, nos quedamos con ganas de probar un postre porque habíamos leído que Kandy era muy famoso por sus pasteles así que fuimos al local de enfrente, un café moderno y europeizado (tanto el estilo de la decoración como los precios) y cogimos un “rock brownie” (una especie de brownie con dulce de leche y caramelo que tenía una pinta muy muy buena) que nos costó 750 rps. Sin duda fue el dulce más rico que probamos en todo el viaje!!!!! Además, nos lo llevamos al hotel y lo disfrutamos en nuestra terraza enorme con vistas a una Kandy iluminada. Fue un momento muy tranquilo y especial, disfrutando del hotelazo que teníamos y que no olvidaremos nunca.

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Madrugamos bastante porque el tren destino Nuwara Eliya salía a las 10.10h y habíamos quedado con el tuk tuk del día anterior a las 8 horas, para visitar un poco más Kandy y que nos llevara a la estación. El precio acordado por esas 2 horas fue de 2.000 rps.

Bajamos prontito a desayunar porque no nos gusta desayunar con prisas y disfrutamos de un desayuno muy completo y rico con vistas a Kandy desde la terraza del comedor.

Nos despedimos del dueño del hotel (un chico joven con un inglés perfecto y súper atento) que, además, de cambiarnos a una habitación superior por el mismo precio (por cierto, pagamos 11.000 rps. por la noche con desayuno) nos había hecho el favor un mes antes de comprarnos los billetes de tren de Kandy a Nuwara Eliya (en segunda clase y con asiento reservado) por el precio de 1.800 rps. Como él no pudo ir personalmente a buscar los billetes, tuvo que mandar un tuk tuk y el precio se incrementó en 1.200 rps., pero aun así nos pareció más barato que haberlos comprado por internet y para nosotros más cómodo. Un 10 para este hotel y para su dueño.

A las 8 en punto ya nos estaba esperando nuestro conductor, así que metimos las maletas y pusimos rumbo a hacer un tour por Kandy.... Nos dejamos guiar un poco por el conductor y nos equivocamos la verdad. Hubiera sido mejor ser tajantes con él y decirle qué sitios queríamos visitar.

La primera parada fue comprar souvenir porque le dijimos que queríamos que nos llevara a alguna tienda, pero el problema fue que nos llevó a un taller familiar a las afueras y creo que perdimos mucho rato en ir y ahí era imposible comparar precios porque no había ninguna otra tienda cerca, por lo que solo compramos unos imanes para la nevera y ya.

La segunda parada fue una fábrica de té (Pilimathalawa Tea Factory) en el que una chica nos explicó en un inglés perfecto todo el proceso del té y las diferentes máquinas y fue muy muy entretenido. Tras la visita, te pasan a un comedor/tienda en el que haces una cata de ocho tipos de té diferentes (blanco, verde, negros con diferentes intensidades...) en el que también te explica cada tipo de té. Fue una experiencia de lo más recomendable que llevábamos idea de hacer en Nuwara Eliya o en Ella porque pensábamos que era más típico, pero la verdad que en Kandy la disfrutamos un montón. Tras la visita guiada y cata (todo gratuito), pasas a la tienda en la que nos sentimos un poco “obligados” a comprar algo de té, y que, aunque nos pareció algo caro, como nos había gustado tanto la experiencia, no dudamos en comprar algo. Finalmente, nos decidimos por una caja en la que venían cuatro tés diferentes (que aún no hemos probado en España) y que su precio fue de 5.500 rps.

La tercera y última parada fue un jardín de especias en la que un hombre nos fue explicando diferentes árboles, con sus especias, propiedades, olores, etc. Fue muy interesante, pero ya estábamos nerviosos perdidos porque pensábamos que llegábamos tarde al tren y no lo acabamos de disfrutar. También tuvo que ver que el tuk tuk se había marchado con nuestras mochilas y el tío no aparecía, pero por suerte apareció con unos nuevos pasajeros porque había tenido la brillante idea de que mientras veíamos las especias a él le daba tiempo a hacer un servicio extra.

Finalmente, el tuk tuk nos dejó en la estación y llegamos a tiempo a coger el tren, pero nos quedamos con ganas de haber paseado tranquilamente por el lago de Kandy o por el centro de Kandy ya que sólo lo habíamos visto de noche y sin mucho movimiento...

Pero bueno... ya en la estación del tren, súper emocionados por coger el tren destino a Nuwara Eliya!!!! Decidimos hacer el trayecto en 2 días para que no fuera tan pesado... pero el billete del día siguiente no lo teníamos todavía y la idea era comprarlo en la estación cuando llegáramos.

Al subir al tren, nuestra sorpresa era que no íbamos en segunda clase con asiento reservado sino en tercera clase con asiento reservado en un vagón que era para gente discapacitada o eso entendimos por los carteles... pero discapacitados no había nadie la verdad. Solo turistas, sobre todo chinos. Independientemente de la clase del vagón, como fuimos en ventanilla y era nuestro primer trayecto lo disfrutamos un montón y las 4 horas del trayecto se nos hicieron incluso cortas. No dio tiempo a aburrirnos con esas vistas y tantas fotos en la puerta y ventana. Una experiencia única. Además, el tiempo nos aguantó bastante bien hasta el final del trayecto en el que ya empezó la niebla y lluvia, pero también tuvo su encanto.

Además, en el tren van pasando vendedores ambulantes así que fuimos picando alguna samosa, cacahuetes, etc.

Llegamos sobre las 14.30h a la estación de Nanu – Oya y lo primero que hicimos fue dirigirnos a las taquillas para intentar comprar billetes para el día siguiente dirección Ella... pero nada, fue imposible y nos dijeron que tendríamos que comprarlos el día siguiente y que serían de tercera clase sin asiento reservado. Una lástima, pero bueno tampoco nos importaba porque nos apetecía vivir la experiencia!!

Como no conseguimos el billete para el día siguiente y estaba lloviznando, decidimos ir al hotel a dejar las mochilas y ya pensar qué hacíamos por la tarde... salimos de la estación y aunque había bastantes tuk tuks ofreciéndose, decidimos coger el bus local que sale de la propia estación (tienes que andar como 100 metros) y ahí estaba esperándonos. El problema fue que el bus local te deja en la otra parte del lago que no era en la que teníamos el hotel, así que desde la parte más céntrica de Nuwara Eliya tuvimos que coger un tuk tuk hasta el hotel. Aun así nos salió mucho mejor de precio que lo que nos pedían en la estación por coger directamente el tuk tuk puesto que el precio del bus + tuk tuk fue de 340 rps.

Dejamos las mochilas en el hotel de esa noche: Misty Paradise of Lake Gregory y como empezó a llover bastante, estuvimos un rato conversando muy animadamente con el dueño y el staff del hotel, que nos invitaron a un té. Nos preguntaron si al día siguiente queríamos desayuno continental o ceilandés y le dijimos que ceilandés y que si era posible probar los egg hoppers (una especie de mini crepe con un huevo dentro) ya que aún no los habíamos probado en ningún desayuno y nos apetecían bastante. Nos dijo que haría todo lo posible para que los probásemos...

Cuando dejó más o menos de llover (aunque había bastante niebla) decidimos salir a eso de las 17h a explorar un poco la ciudad, sin mucho rumbo. Como ya habíamos visitado una factoría de té en Kandy, esa tarde nos la queríamos tomar un poco más de relax y simplemente dejarnos llevar paseando y disfrutando del país. Como no habíamos comido como tal (solo los diferentes snacks en el tren), teníamos algo de hambre y fuimos picando diferentes snacks por los puestos que veíamos por el lago Gregory, probando así más gastronomía ceilandesa hasta que empezó a diluviar y nos resguardamos en unos porches.

En ese momento conocimos a una pareja italiana de lo más simpática (Fabricio y Chiara) que venían de Ella y llevaban un rato dando vueltas por Nuwara Eliya un poco ya desesperados por el clima y porque no les estaba gustando demasiado... Como con ese tiempo no apetecía seguir haciendo turismo, decidimos ir a buscar un bar para tomar unas cervezas con ellos y charlar. La verdad es que congeniamos mucho y una cerveza siguió a otra y a otra... así que acabamos cenando en el restaurante Grand Indian (número 1 de Tripadvisor y muy recomendado en diferentes guías).

El restaurante está dentro del hotel Grand Hotel, un edificio colonial construido en 1891 de corte british declarado Patrimonio Nacional de Sri Lanka y la verdad es que no es para menos porque el hotel es precioso. Fue toda una experiencia poder cenar en un sitio tan posh. Además, si no os apetece cenar indio, en el propio hotel tienes otros restaurantes y uno que es buffet, que otros turistas nos dijeron que estaba muy rico.

Nos pusimos las botas en el indio y bebimos mucha cerveza y como el sitio era tan cuqui, el precio fue bastante elevado para Sri Lanka y por nosotros dos pagamos 13.175 rps (casi 40€!!!. Fue la comida más cara de todo el viaje, pero la verdad que el sitio y lo bien que nos lo pasamos con nuestros amigos italianos mereció mucho mucho la pena!!

Ya agotados y con demasiadas cervezas en el cuerpo, decidimos irnos ya a la cama (a pesar de que había una fiesta local en el lago y había mucho ambiente) puesto que al día siguiente madrugábamos porque queríamos ir pronto a la estación para sacar los billetes de tren de ese día. Una vez en el hotel, nos entretuvimos con el dueño y el staff porque no podían ser más simpáticos y risueños, qué bien lo pasamos conversando con ellos!!

La noche en ese hotel fue de 9.050 rps. con desayuno incluido (en el que por fin comimos los hoppers que le pedimos!!). Muy recomendable este hotel porque las vistas al lago y a las montañas son preciosas y el personal y dueño eran encantadores, nos trataron como si fuéramos sus hijos!

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