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Nos levantamos muy descansados, ya que al dormirnos muy pronto, nos ha permitido recuperar muchas horas de sueño.
Sobre las 9 salimos de nuestro hotel, para el día de hoy teníamos planeado visitar Mala Strana y el castillo, pero ayer nos dijo el guía que el sábado todo el barrio judío está cerrado porque guardan fiesta. Así que hacemos un cambio y el día de hoy lo dedicaremos al barrio judío.
Repetimos el paseo que hicimos ayer para llegar al centro, así que fuimos caminando en dirección al puente de Carlos.
Hay diferencia con el día de ayer, ya que a estas horas no vemos casi turistas por Mala Strana, por lo que prevemos que en el puente tampoco habrá tanta gente.
Al llegar ahí, se cumple nuestra predicción, por lo que aprovechamos el tiempo en hacernos fotos, ver las estatuas con todo detalle etc. Vemos que hay figuras que son totalmente negras y otas de color mas gris. Mas adelante nos enteraremos que las segundas, son réplicas ya que las originales son las mas oscuras, porque son de caliza y las están cambiando para preservarlas mejor.
Es sorprendente que sobre las 9 y media, momento que dejamos el puente, ya se empieza a llenar, por lo que si queréis aprovechar de una visita más tranquila, tenéis que verlo antes de esta hora en los momentos mas masificados, como en Semana Santa o verano.
Seguimos paseando por Praga, que es de las mejores cosas que hacer en la ciudad, así llegamos al Rudolfinum, que es donde terminamos el tour de ayer, y que será nuestra puerta de entrada al barrio judío.
Sin ayuda de GPS ni mapas llegamos a la primera sinagoga, la llamada Pinkar. Ahí sacamos los tickets, que incluyen entrada para 5 sinagogas, la casa de ceremonias y el cementerio judío.
Comenzamos a ver la primera sinagoga, que tiene el nombre escrito de unos 10000 judíos fallecidos en el siglo XX en Republica checa. Se ve rápida y desde esa primera sinagoga se accede al cementerio judío, que se caracteriza por enterrar a los fallecidos unos encima de otros, es por eso por lo que se acumulan las lápidas sobre el césped y la tierra.
A continuación, justo al lado del cementerio, se encuentra tanto la sinagoga Klaus como la casa de ceremonias, lugar donde preparaban los cuerpos para ser enterrados.
Después de ver estos 4 lugares, decidimos hacer una pequeña parada, y como nos encontramos al lado del puesto de dulces Tredlnik que tiene mas fama en el barrio judío, no podemos dejar escapar la oportunidad de probarlo. Es un postre que tiene su origen en Hungría, pero que se ha extendido por toda la capital. Nosotros nos decidimos por uno más simple, con chocolate en su interior. Hay que decir que está rico, ¡pero te pones lleno de chocolate intentándolo comer!!
Una vez recobradas las fuerzas, el siguiente destino es visitar la sinagoga vieja. Se caracteriza por estar como un par de metros bajo tierra, así que hay que bajar unas escaleras para visitarla. De momento es la que más nos gusta, ya que es la original del barrio, por lo que tiene más historia que el resto.
Después, nos dirigimos a visitar las 2 últimas que nos quedan. Pasamos de nuevo por la calle Paris, llegamos a la Sinagoga Maisel y tras una rápida visita porque tampoco tiene mucho llegamos a la española.
Ayer viéndola por fuera es la que mas nos gustó, así que la hemos dejado la última para hoy. Creo que hemos hecho bien, ya que su interior es muy bonito. Además, es de las mas amplias y no da sensación de masificación como nos ha ocurrido en la sinagoga vieja. Subimos a su parte superior para poder verla desde otro ángulo, y además tenemos suerte porque conseguimos sentarnos y así podemos descansar además un poco.
Como ya va siendo una hora prudencial para tomar una cerveza (vaya excusa mas mala), nos decidimos a buscar alguna cervecería de las que teníamos miradas. De camino a tomar algo pasamos por el museo Narodzni, gran edificio y que además está como en una colina, así que es fácil verlo.
Seguimos callejeando y llegamos a la torre de la pólvora y la Torre de Jindřich. Con este paseo, mas que la hora de tomar algo, se nos hace la hora de comer, así que dedicimos terminar de ver lo que teníamos pendiente que es la sinagoga de Jerusalem. Tomamos unas fotos, bueno bastantes, ya que el lugar lo merece y no está muy masificado de turistas.
Así, con el planning de lo que queríamos visitar completado, ya nos toca la hora de comer. Para hoy habíamos mirado un sitio que se llama U Dvou koček (los 2 gatos). Llegamos bastante fácil, ya que está muy centrico pero no quita para que vayamos con algo de hambre así que nos decantamos por pedir un plato mixto de carne, una ensalada para compensar y una sopa.
El sitio es bastante grande, pero no tiene mucha luz, por lo que nos entra una mezcla de hambre y sueño.
Una vez comidos, y bastante llenos, decidimos lo que queremos ver por la tarde. En primer lugar y como es cerca de una hora en punto, nos acercamos a la torre del reloj a ver el espectáculo. Está bastante llena la plaza, pero podemos verlo bastante centrados. Como ya nos sabemos todas sus particularidades, lo podemos ver fijándonos en todas sus esferas.
Cuando termina, vamos improvisando el plan, ya que para el día de hoy tampoco teníamos mucho más que hacer.
Así que ponemos rumbo al río, para poder tomar unas fotos desde el mirador que hay al lado de uno de los puentes. Nos sirve también de descanso con unas geniales vistas, y como la temperatura el día de hoy acompaña, no nos importa pasar bastante rato.
A continuación, seguimos rumbo a la isla de Kampa, donde también hay buenas vistas. Entre medio, pasamos sin darnos cuenta por la calle más estrecha, que además tiene un semáforo para que la gente pase en un sentido u otro.
Seguimos nuestro paseo por debajo del puente de Carlos y así llegamos hasta a el siguiente puente, por el que vamos caminando y así podemos acceder a la isla de Kampa. Estamos ya un poco cansados, así que decidimos descansar un rato ahí, ya que hace buena temperatura, hay buenas vistas… ¡lugar ideal!
Una vez recobradas las fuerzas, volvemos a mover, pero está vez destino de la cabeza de Kafka. Como ya sabemos donde se encuentra, llegamos sin dar vueltas, pero no podemos verla en movimiento ya que el show del movimiento solo dura los primeros 15 minutos de cada hora. Así que decidimos otro plan. Ya va anocheciendo y decidimos tomar una cerveza. Recordaba de la otra vez que estuve en Praga (tenía 14 años) el U Fleku, un sitio bastante ajetreado y animado, donde junto a la cerveza, te ponían un chupito de Becherovka, incluo a los niños. Cuando estuvimos, nos pareció un sitio muy autentico pero en los últimos comentarios de los viajeros decían que al turista intentan colarle muchos chupitos de becherovka, y que cuando te terminabas la cerveza, te ponían automáticamente otra.Sin embargo, nuestra experiencia en este bar fue bastante tranquila. Nos sentaron en la terraza y tampoco nos acribillaron a chupitos ni nada. Cuando nos terminamos la cerveza, nos preguntaron si queríamos otra mas, pero sin agobiar.
Cuando saliamos del bar, nos sorprendió que había bastante fila para entrar, por lo que tuvimos suerte ya que a la hora que entramos no tuvimos casi nadie delante.
Ya iba siendo la hora de picotear algo, ya que eran las 7 mas o menos. Para el día del barrio de Josefov, habíamos apuntado ir a tomar unas tartas como cena en el café Louvre. La verdad que están ricas y son trozos generosos. El sitio es muy tranquilo y puedes tomarte la consumición descansando.
El cansancio ya se está acumulando y sobre las 8 y media pasadas ya estamos volviendo al hotel. Cada vez nos estamos acostumbrando más a los horarios solares de los lugares que visitamos (como hicimos este verano en Colombia) así podemos madrugar más y como en estos países europeos no hay persianas, el sol tampoco nos molestará por la mañana.
GASTOS DEL DIA
Entrada a Sinagogas judías: 1000 coronas (39,56)
Dulce Tredlnik: 110 coronas
Compra en Lidl: 1,20
Comida en Dvou Cocek: 713 + 50 (28,20)
Cervecas en U Fleku: 158 coronas (6,25)
Tartas en Café Louvre: 376 (14,9)
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