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Miércoles, 22 de mayo de 2024.
Tuvimos que dejar el apartamento a las 10:00h y el vuelo de regreso estaba previsto para las 18:30; por lo que nos quedaba tiempo suficiente para los últimos paseos y visitas. Lo primero fue dejar el equipaje en un depósito cercano, en la Piazza San Lorenzo, en la recepción de un bonito hotel, el The Artist's Palace. Muy cerca, por tanto, de la estación del tranvía que luego nos llevaría al aeropuerto. El precio es de 6€ por maleta.
Para este último día teníamos previsto sólo un par de visitas; pero una de ellas se queda para la próxima vez. Las visitas previstas eran
Musei del Bargello y la Basilica Santa Croce. Cuando llegamos a la puerta del museo ya había una importante cola. Es un museo que se debe recorrer con tiempo y sin prisas. Teniendo en cuenta que sí o sí quería visitar Santa Croce, comer e ir sin agobio al aeropuerto, la decisión fue no entrar en el museo
Musei del BargelloVia del Proconsolo, 4
Horario del 1 Marzo a 31 julio 2024: lunes y sábado de 08:15h a 18:50h; miércoles, jueves, viernes y domingo de 08:15h a 13:50h.
Ultimo ingreso: 50' antes del cierre.
Precio: € 10.00; reducido (jóvenes entre 18 y 25 años no cumplidos): € 2.00
El nombre deriva del palacio Bargello que lo acoge. El Museo Nacional del Bargello alberga, en el edificio público más antiguo de Florencia, la colección más importante del mundo de escultura del Renacimiento italiano. No hay que perderse las obras maestras de grandes artistas como Donatello, Verrocchio, Della Robbias, Miguel Ángel, Giambologna y Cellini.
El palacio en sí, fundado en 1255, es un monumento de gran encanto: nació como el primer edificio público de la Florencia medieval y luego se convirtió en la sede del Podestà - como nos lo indican los numerosos escudos colocados en las paredes del patio - para luego ser utilizado como prisión a partir de la segunda mitad del siglo XVI, convirtiéndose en la sede del Bargello, es decir, el jefe de la policía de la ciudad.
Inaugurado en 1865 como primer Museo Nacional del Reino de Italia y dedicado a las artes de la Edad Media y del Renacimiento, el Bargello es hoy famoso por la extrema riqueza de sus colecciones, reunidas allí desde esa fecha, y que tienen su corazón en la gran serie de obras maestras creadas por los principales escultores del Renacimiento florentino. Se pueden admirar obras que abarcan todos los géneros artísticos posibles y cuya inmensidad sólo se puede entender visitándola: las colecciones incluyen cientos de armas, sellos, tejidos, ceras, esmaltes, pinturas, marfiles, mayólicas y mucho más. Muchas de estas obras maestras son únicas en el mundo también por su historia, como en el caso del Flabellum de Tournus, que nos llegó desde el lejano siglo IX, o como todas las esculturas de bronce o mármol que pertenecieron a la familia Medici y Guardan celosamente en sus colecciones de arte desde Lorenzo el Magnífico hasta los últimos grandes duques de la dinastía Medici.
En la década de 1840, el barón Seymour Kirkup financió una serie de estudios en el interior de la capilla de Santa María Magdalena en el palacio y prisión del Bargello, tras lo cual, el 21 de julio de 1840, el pintor restaurador Antonio Marini sacó a la luz un retrato de Dante Alighieri, que según Vasari había sido pintado por Giotto. ti. Tras el revuelo provocado por el descubrimiento, en 1857 se inició la restauración de toda la fábrica.
En 1865 se inauguró en la planta baja el Museo Nacional, se habilitaron dos salas de armería, con objetos procedentes en parte de la armería de los Medici y otra del Guardaroba del Palazzo Vecchio, y una sala de esculturas del siglo XV-XVI. En la sala del primer piso se colocaron las esculturas del Salone dei Cinquecento del Palazzo Vecchio, que entretanto se había convertido en la sede del Parlamento italiano. Posteriormente llegaron de los Uffizi colecciones de esculturas y artes aplicadas tanto en bronce como en mármol: mayólicas, ceras, ámbar, marfiles, orfebrería, esmaltes y pequeños bronces, algunas de las cuales fueron trasladadas al Museo de la Plata en 1928. Otros materiales procedían tanto de donaciones como de préstamos de particulares y de instituciones públicas: sellos de los Archivos del Estado y monedas de la Casa de la Moneda. Finalmente, tras la unificación de Italia y la consiguiente supresión de las órdenes monásticas, llegaron Robbiane, las esculturas y la orfebrería sagrada. Con motivo del centenario de Donatello en 1887, la sala fue destinada a acoger obras del artista y escultura florentina del siglo XV. La donación de la colección del anticuario lionés Louis Carrand se remonta a 1888, la donación Conti se remonta a 1886, la donación Ressman se remonta a 1899 y la donación Franchetti se remonta a 1906, enriqueciendo el sector de las artes aplicadas.
Algunos de las espacios de la exposición
El patio
El patio, porticado en tres lados con arcos de medio punto sobre pilares octogonales, fue construido en el siglo XIII y enriquecido en el siglo siguiente por la veranda y la escalera góticas, esta última, construida en un lado no porticado, por Neri di Fioravanti entre 1345. y 1367. Con el uso del Palacio como prisión, los arcos de la logia y la terraza quedaron bloqueados. En la segunda mitad del siglo XIX, el patio fue la parte del palacio más realzada por las restauraciones de Mazzei, se reabrieron las logias y la terraza y se restauraron los escudos de los podestàs y de los jueces de rueda, en las bóvedas bajo las logias. frescos de Gaetano Bianchi con los estandartes de los barrios y algunos escudos de los alcaldes. La exposición presenta esculturas del Palazzo Vecchio y de los jardines de Boboli y Castello. En el centro del patio hay un precioso pozo octogonal y aquí también se exponen algunas valiosas estatuas de mármol, como las seis esculturas alegóricas de Bartolomeo Ammannati (Florencia, el Arno, la Arbia, la Tierra, la Templanza y Juno), el 'El Océano de Giambologna, algunos relieves de Benedetto da Maiano y el llamado Cañón de San Paolo de Cosimo Cenni (1638).
El patio, porticado en tres lados con arcos de medio punto sobre pilares octogonales, fue construido en el siglo XIII y enriquecido en el siglo siguiente por la veranda y la escalera góticas, esta última, construida en un lado no porticado, por Neri di Fioravanti entre 1345. y 1367. Con el uso del Palacio como prisión, los arcos de la logia y la terraza quedaron bloqueados. En la segunda mitad del siglo XIX, el patio fue la parte del palacio más realzada por las restauraciones de Mazzei, se reabrieron las logias y la terraza y se restauraron los escudos de los podestàs y de los jueces de rueda, en las bóvedas bajo las logias. frescos de Gaetano Bianchi con los estandartes de los barrios y algunos escudos de los alcaldes. La exposición presenta esculturas del Palazzo Vecchio y de los jardines de Boboli y Castello. En el centro del patio hay un precioso pozo octogonal y aquí también se exponen algunas valiosas estatuas de mármol, como las seis esculturas alegóricas de Bartolomeo Ammannati (Florencia, el Arno, la Arbia, la Tierra, la Templanza y Juno), el 'El Océano de Giambologna, algunos relieves de Benedetto da Maiano y el llamado Cañón de San Paolo de Cosimo Cenni (1638).
Salón de Miguel Ángel y escultura del siglo XVI
La sala, redecorada a mediados del siglo XIX por Gaetano Bianchi, fue equipada con la colección de armas de los Medici, así como con trofeos y banderas. Tras la inundación de 1966, la sala fue encalada y hoy sólo queda un fresco giottesco con la Virgen y el Niño y restos de oración. Luciano Berti lo dedicó a la escultura del siglo XVI, con algunas piezas procedentes de los Uffizi en 1874. Entre las numerosas obras destacan las de Miguel Ángel Buonarroti, con algunas obras tempranas como Baco (1497), su primera escultura redonda esculpida a la edad de 22 años y uno de los rarísimos temas profanos del gran artista, antes de quedar abrumado. por la ola de religiosidad predicada con vehemencia por Savonarola. La figura del borracho tambaleante, casi en equilibrio sobre un pie, está esculpida en un estilo majestuoso y bien modelado que recuerda a las esculturas clásicas. El Tondo Pitti data de 1504, un bajorrelieve parcialmente inacabado que representa a la Virgen con el Niño Jesús y el niño San Juan, en el que algunos historiadores ven signos de influencia de composiciones similares de Leonardo da Vinci.
El David-Apolo data de 1530-32, mientras que el Retrato de Bruto de 1539 es el único busto superviviente de Miguel Ángel Buonarroti, que según Vasari representa a Lorenzino de' Medici, llamado "Lorenzaccio" por haber matado su primo el duque Alejandro de' Medici. El Baco de Andrea Sansovino, de alrededor de 1515, se desvía deliberadamente de la obra de Miguel Ángel, mientras que un relieve en bronce es una obra interesante de Vincenzo Donati. Allí también se encuentra la Alegoría de Fiesole de Tribolo.
La sala, redecorada a mediados del siglo XIX por Gaetano Bianchi, fue equipada con la colección de armas de los Medici, así como con trofeos y banderas. Tras la inundación de 1966, la sala fue encalada y hoy sólo queda un fresco giottesco con la Virgen y el Niño y restos de oración. Luciano Berti lo dedicó a la escultura del siglo XVI, con algunas piezas procedentes de los Uffizi en 1874. Entre las numerosas obras destacan las de Miguel Ángel Buonarroti, con algunas obras tempranas como Baco (1497), su primera escultura redonda esculpida a la edad de 22 años y uno de los rarísimos temas profanos del gran artista, antes de quedar abrumado. por la ola de religiosidad predicada con vehemencia por Savonarola. La figura del borracho tambaleante, casi en equilibrio sobre un pie, está esculpida en un estilo majestuoso y bien modelado que recuerda a las esculturas clásicas. El Tondo Pitti data de 1504, un bajorrelieve parcialmente inacabado que representa a la Virgen con el Niño Jesús y el niño San Juan, en el que algunos historiadores ven signos de influencia de composiciones similares de Leonardo da Vinci.
El David-Apolo data de 1530-32, mientras que el Retrato de Bruto de 1539 es el único busto superviviente de Miguel Ángel Buonarroti, que según Vasari representa a Lorenzino de' Medici, llamado "Lorenzaccio" por haber matado su primo el duque Alejandro de' Medici. El Baco de Andrea Sansovino, de alrededor de 1515, se desvía deliberadamente de la obra de Miguel Ángel, mientras que un relieve en bronce es una obra interesante de Vincenzo Donati. Allí también se encuentra la Alegoría de Fiesole de Tribolo.
Capilla de María Magdalena y sacristía (Cappella del Podestà.)
La capilla del primer piso, con bóveda de cañón ojival y ventanas de una ojival, fue construida después de 1280. Aquí los condenados a muerte se detenían antes de emprender su camino hacia la horca, asistidos por los Battuti de' Neri que formaban parte de la Compañía de Santa María della Croce al Tempio. Teniendo en cuenta este uso se explican los frescos de 1340 atribuidos al taller de Giotto: en las paredes laterales, las Historias de Santa María de Egipto, Santa María Magdalena, San Juan Bautista, brillantes ejemplos de penitentes y pecadores redimidos; en la pared de entrada está el Infierno, y en la pared del fondo el Paraíso, donde entre los elegidos también está representado Dante Alighieri sosteniendo la Comedia, el retrato más antiguo y probablemente más cercano a la realidad del gran poeta.
La capilla del primer piso, con bóveda de cañón ojival y ventanas de una ojival, fue construida después de 1280. Aquí los condenados a muerte se detenían antes de emprender su camino hacia la horca, asistidos por los Battuti de' Neri que formaban parte de la Compañía de Santa María della Croce al Tempio. Teniendo en cuenta este uso se explican los frescos de 1340 atribuidos al taller de Giotto: en las paredes laterales, las Historias de Santa María de Egipto, Santa María Magdalena, San Juan Bautista, brillantes ejemplos de penitentes y pecadores redimidos; en la pared de entrada está el Infierno, y en la pared del fondo el Paraíso, donde entre los elegidos también está representado Dante Alighieri sosteniendo la Comedia, el retrato más antiguo y probablemente más cercano a la realidad del gran poeta.
Salón de Donatello y escultura del siglo XV.
La sala, construida entre 1340-45 por Neri di Fioravante con el alzado del Palacio, servía como sala del Consejo General. Restaurado entre 1857 y 1865, decorado con falsos frescos, fueron instaladas en 1887, con motivo del quinto centenario del nacimiento de Donatello, esculturas de éste y de florentinos de principios del XV, dispuestas simétricamente según los preceptos museográficos del siglo XIX.
La sala, construida entre 1340-45 por Neri di Fioravante con el alzado del Palacio, servía como sala del Consejo General. Restaurado entre 1857 y 1865, decorado con falsos frescos, fueron instaladas en 1887, con motivo del quinto centenario del nacimiento de Donatello, esculturas de éste y de florentinos de principios del XV, dispuestas simétricamente según los preceptos museográficos del siglo XIX.
Entre las obras maestras destacan algunas de las mejores obras de Donatello, como el San Jorge de un nicho en Orsanmichele, los dos David, uno temprano en mármol (1408-09) y el famosísimo en bronce de hacia 1440, con hermoso modelado, por sorprendente armonía en diferentes vistas tridimensionales y el primer desnudo en el arte occidental desde el arte romano. Otras de sus obras son el busto de Niccolò da Uzzano, un retrato de marcado realismo en terracota, el Marzocco (1418-1420), un león en pietra serena que apoya una pata sobre el símbolo de Florencia, que se ha convertido en un símbolo de la ciudad. desde que se colocó en la Piazza della Signoria (hoy está representada en la plaza por una copia, mientras que ésta es el original) y las obras de madurez como el bronce de Attys-Amore, restaurado en 2005, y la Crucifixión.
En esta sala también se encuentran importantes obras de otros artistas, como los dos famosos paneles del Sacrificio de Isaac que Lorenzo Ghiberti y Filippo Brunelleschi fusionaron para participar en el concurso público de 1401 para realizar la puerta norte del Baptisterio de San Giovanni. universalmente reconocidas como las primeras obras absolutas donde notamos una superación del estilo gótico hacia un mayor clasicismo propio del Renacimiento.
En esta sala también se encuentran importantes obras de otros artistas, como los dos famosos paneles del Sacrificio de Isaac que Lorenzo Ghiberti y Filippo Brunelleschi fusionaron para participar en el concurso público de 1401 para realizar la puerta norte del Baptisterio de San Giovanni. universalmente reconocidas como las primeras obras absolutas donde notamos una superación del estilo gótico hacia un mayor clasicismo propio del Renacimiento.
Después de comprobar que no podíamos entrar anduvimos por via Ghibellina y en unos 10' llegamos a una de esas visitas imperdibles de la ciudad.
Basilica di Santa CroceHorario: lunes a sábado: 09.30 - 17.30h.
Precio: 8 €. Reducido (Estudiantes universitarios):6 €
Santa Croce, la iglesia franciscana más grande del mundo, recoge toda la historia del arte y de la fe de la cultura occidental y siempre ha representado un centro vinculado a San Francisco de Asís, patrón de Italia desde 1939.
Según la tradición, los primeros compañeros de Francisco llegaron a Florencia en 1209. La ciudad estaba creciendo y para responder a la demanda de mano de obra muchos agricultores abandonaron los campos para trasladarse a las aldeas y construyeron asentamientos extramuros. Entre estos habitantes se asentaron los frailes de las nuevas órdenes religiosas mendicantes: los franciscanos eligieron la orilla norte del Arno, en una zona pantanosa, a menudo invadida por las crecidas del río. En 1228, cuando Francisco fue proclamado santo dos años después de su muerte, se mencionó por primera vez la iglesia de Santa Croce.
Entre 1252 y 1267 el primer edificio fue sustituido por un segundo, pero pronto este ya no fue suficiente para albergar a los fieles y se planeó un complejo mucho mayor: la primera piedra de la iglesia actual se colocó el 3 de mayo de 1294 (o 1295, el año es controvertido). Se confió al principal arquitecto florentino, Arnolfo di Cambio, y, antes de su muerte entre 1302 y 1310, la parte del ábside estaba casi terminada. Las obras finalizaron a finales del siglo XIV, pero la iglesia no fue consagrada hasta 1443 por el Papa Eugenio IV.
Santa Croce –cuya forma recuerda la vestimenta de San Francisco– tiene capillas que se abren al crucero y tres naves separadas por pilares con arcos apuntados. El impulso vertical que caracteriza a los edificios góticos se ve atenuado por el paseo sobre los arcos y por la cubierta que, en lugar de bóvedas ojivales, tiene vigas de madera. A partir del siglo XIV las paredes fueron decoradas con frescos: una técnica rápida y económica para contar episodios sagrados, haciéndolos comprensibles incluso para los analfabetos.
En 1566, el duque Cosimo I de Medici encargó a Giorgio Vasari la tarea de renovar las iglesias florentinas anexas a los conventos, incluida la Santa Croce, para adaptarlas a las directivas del Concilio de Trento. Vasari derribó el tabique que impedía a los fieles el contacto con el altar mayor, sobre el que se encontraba un gran sagrario para la Eucaristía, punto central de la escenografía sagrada. Se trataba así de reafirmar la presencia real de Cristo en la hostia consagrada. Además, para superar el desorden visual que contrastaba con la decoración y la simetría impuestas por la Contrarreforma, se colocaron catorce nuevos altares simétricos adosados a las paredes laterales de la nave: se blanquearon los frescos y se eliminaron las capillas.
Santa Croce se caracteriza por su vocación a la memoria que la ha convertido en el Panteón de toda una nación. La iglesia fue primero el templo funerario de los franciscanos, luego de los miembros de las familias ricas del barrio: fueron recordados por losas de mármol "terrenales" empotradas en el suelo, para combinar el deseo de indicar el lugar de entierro con un propósito de humildad, acorde con los ideales de las órdenes mendicantes. Las tumbas de Leonardo Bruni y Carlo Marsuppini, cancilleres de la República Florentina, atestiguan el paso de la Santa Cruz a la custodia de las glorias florentinas. La tradición de honrar la memoria de los grandes en la iglesia fue revivida en 1564 por Cosme de' Medici para Miguel Ángel. Posteriormente, el edicto de Napoleón, que prohibía los entierros en las iglesias por razones higiénicas, impulsó a Ugo Foscolo a componer el Sepolcri (1807), en el que señala la Santa Croce como un lugar consagrado a la memoria, un templo que acoge "las glorias italianas. Santa Croce pasa así del Panteón de la ciudad al Panteón de los italianos.
En el siglo XIX, dada la importancia asumida por la iglesia, se sintió la necesidad de completar la fachada que se terminó en 1865, coincidiendo con las celebraciones del VI centenario del nacimiento de Dante. En 1933, Santa Croce fue elevada al rango honorífico de basílica. Fue su papel de Panteón italiano el que inspiró su elección para honrar la memoria de los "caídos por la idea Italia". Este santuario fue inaugurado en 1934 y en 1937 se eligió el gran espacio bajo la sacristía para recordar a los soldados florentinos caídos en la IGM. Santa Croce, marcada por la inundación de 1966, fue objeto de importantes trabajos de restauración tanto de las estructuras como de las obras de arte.
Basílica
Santa Croce es la más monumental de las iglesias franciscanas. Según el cronista Giovanni Villani, su fundación fue el 3 de mayo de 1294 con una ceremonia solemne en presencia de representantes del Municipio. Sin embargo, una placa tapiada en la nave derecha desplaza el acontecimiento al año 1295, siendo esta la datación que hoy se considera más fiable. El proyecto fue probablemente confiado a Arnolfo di Cambio, el arquitecto más grande de la época, responsable de la catedral de Santa María del Fiore, el Palazzo Vecchio y otros edificios florentinos.
La iglesia tiene planta de cruz latina con crucero presidido por las capillas orientadas al Este, cinco a cada lado a los lados de la capilla mayor; a éstas se suman las capillas que se abren a los brazos del crucero. Las tres naves están separadas por pilares octogonales sobre los que se elevan arcos apuntados. La nave central, de 34 m de alto y 20 m de ancho, se fusiona así con las naves laterales dando la sensación de un espacio único e inmenso, como en las basílicas paleocristianas de Roma, pero la animación rítmica de las superficies, subrayada por el contraste material entre piedra serena, yeso y terracota hace referencia al nuevo gusto procedente de Francia. Como en otros edificios italianos, el verticalismo gótico se ve atenuado por el techo de vigas de madera, que reemplaza a las bóvedas, y por las galerías que discurren sobre los arcos de la nave central. La iluminación está a cargo de vidrieras que forman parte integrante del proyecto arquitectónico: Santa Croce es uno de los pocos monumentos italianos que conserva vidrieras originales que datan del siglo XIV al XX.
Antes de la muerte de Arnolfo, entre 1302 y 1310, el ábside estaba casi terminado. La cobertura del crucero con vigas pintadas data de 1314 y en 1318 ya estaba en uso el brazo sur; poco después comenzó la destrucción de la antigua iglesia, cuyos restos fueron encontrados bajo la actual nave central. Con el crucero terminado y algunas capillas ya decoradas con frescos, la construcción de las naves continuó. La iglesia no fue consagrada solemnemente hasta 1443 por el Papa Eugenio IV, aunque ya había sido terminada hace aproximadamente medio siglo.
Entre el cuarto y quinto pilar las naves estaban divididas por un tabique, tabique de mampostería que separaba al clero del pueblo y que fue derribado en 1566 por Giorgio Vasari junto con las capillas que a él estaban adosadas. Fue el Duque Cosimo I de Medici quien quiso esta y otras renovaciones para adaptar la iglesia a los dictados de la Contrarreforma: se blanquearon los frescos que cubren las paredes laterales y se erigieron grandes altares de piedra sobre los que se colocaron pinturas cuyos temas evocan la Pasión de Cristo. El interior ha sido objeto de numerosas renovaciones a lo largo de los siglos, sobre todo para albergar los monumentos funerarios que hicieron de Santa Croce el "templo de las glorias italianas".
El revestimiento exterior de piedra es una secuencia dinámica de hastiales apuntados que recorre los lados y el ábside, con la inserción de elementos decorativos cruciformes. El campanario actual, obra de Gaetano Baccani, data de 1847, la fachada, que permaneció inacabada hasta mediados del siglo XIX, fue terminada por el arquitecto Niccolò Matas en estilo neogótico en 1865.
Rutas: En la web de la Basílica se proponen tres recorridos para descubrir todas las obras de arte y su historia. Nosotros seguimos la denominada "Obras maestras de Santa Croce".
• Las obras maestras de Santa Croce
Santa Croce siempre ha desempeñado un papel destacado en la vida religiosa y civil de Florencia. A lo largo de los siglos, esta relevancia ha atraído a artistas y clientes que, movidos por la devoción religiosa y el orgullo cívico, han hecho de Santa Croce un lugar único. El conjunto monumental se extiende hoy sobre aproximadamente 12.000 m2 y está dividido en varias salas: la basílica, la sacristía, la zona del noviciado con la capilla de los Medici, tres claustros, la capilla Pazzi, el Cenáculo y el sótano. A estos espacios se suman el convento donde residen los franciscanos, el archivo histórico y parte de las oficinas de la Ópera. En el interior de la Santa Croce se conservan casi 4.000 obras que abarcan desde el siglo XIII al XX.
El altar mayor está rodeado de frescos que representan la Leyenda de la Vera Cruz de Agnolo Gaddi, una elección dictada por la advocación de la iglesia. La cruz es central en la religión cristiana como símbolo de la crucifixión de Cristo, un sacrificio que trajo la salvación a la humanidad y está en el centro de la misa, que aún hoy se celebra en el altar.
Capilla Principal
La Capilla Mayor domina la nave principal de la basílica con su dimensión escenográfica, realzada por el ciclo figurativo más extenso de la Santa Croce. El mecenas del altar fueron los Alamanni, poderosos y ricos banqueros que hacia 1324-1326 encargaron a Ugolino di Nerio el políptico, posteriormente desmembrado, del que sólo se han encontrado algunas secciones y expuestas en varios museos internacionales.
En 1348 los jefes de las cinco ramas de la familia Alberti, que destacaban entre las sociedades mercantiles y bancarias florentinas, se pusieron de acuerdo con los frailes y acordaron construir la capilla Mayor modificando el plano original de la iglesia y obteniendo su patrocinio. En el mismo año, Albertaccio di Lapo dejó un legado para construir y decorar la capilla, y la iniciativa fue seguida por otros miembros de la familia, que también adquirieron el patrocinio del crucero frontal con derechos de sepultura. De esta época datan la mayoría de las vidrieras con figuras de santos y apóstoles, atribuidas a Taddeo Gaddi.
En 1380 Jacopo degli Alberti encargó a Agnolo Gaddi el ciclo con la Leyenda de la Vera Cruz, de acuerdo con la advocación de la capilla y de la propia iglesia. Se discute la fecha de ejecución, fijada generalmente entre 1388 y 1390. Los frescos ilustran la historia milenaria de la madera de la Cruz de Cristo tal como la relata Jacopo da Voragine en la Legenda Aurea. Se desarrollan de arriba a abajo, primero en la pared derecha y luego en la opuesta. En la bóveda son visibles San Juan Bautista, San Francisco y los Evangelistas, mientras que en los pilares están representados santos cercanos a la espiritualidad franciscana. A finales de la década de 1560, la capilla se adaptó a los dictados del Concilio de Trento: el altar se acercó a la nave para permitir el traslado del coro del siglo XV de Manno de' Cori al ábside; el retablo del siglo XIV fue sustituido por el copón terminado por Giorgio Vasari en 1569 y posteriormente insertado en un imponente ornamento de madera. En 1869 la Comisión Real de Bellas Artes dispuso la retirada de esta estructura que impedía la visión de los frescos. Sobre el altar renovado se colocó un políptico diseñado por el arquitecto Niccolò Matas, ensamblado con pinturas que remiten a la pintura giottesca florentina. Finalmente, en la década de 1930 se colgó en la capilla el Crucifijo pintado a mediados del siglo XIV por el maestro de Figline, cuya restauración finalizó en 2014.
Giotto y la "nueva" pintura del siglo XIV
El concepto de salvación también inspira el programa iconográfico original de los frescos del crucero, creado por Giotto y sus seguidores en una síntesis perfecta del siglo XIV florentino, con sus innovaciones en estilo y contenido. En Santa Croce es posible observar este cambio comparando las obras de Giotto (los frescos de las capillas Bardi y Peruzzi, el Políptico Baroncelli) con dos obras maestras de generaciones anteriores: la Mesa Bardi atribuida a Coppo di Marcovaldo y el Crucifijo de Cimabue.
El concepto de salvación también inspira el programa iconográfico original de los frescos del crucero, creado por Giotto y sus seguidores en una síntesis perfecta del siglo XIV florentino, con sus innovaciones en estilo y contenido. En Santa Croce es posible observar este cambio comparando las obras de Giotto (los frescos de las capillas Bardi y Peruzzi, el Políptico Baroncelli) con dos obras maestras de generaciones anteriores: la Mesa Bardi atribuida a Coppo di Marcovaldo y el Crucifijo de Cimabue.
Los maestros del Renacimiento
Entre las numerosas obras de la época presentes en el conjunto monumental, destacan las de dos grandes artistas: Filippo Brunelleschi y Donatello, entre los padres del Renacimiento.
La capilla Pazzi, diseñada por Brunelleschi, permite sumergirse en un lugar puramente renacentista que no ha sufrido transformaciones significativas: casi una máquina del tiempo que transporta al visitante seiscientos años atrás.
La capilla Pazzi es una de las primeras y más representativas arquitecturas del Renacimiento, basada como los edificios del mundo antiguo en el módulo, es decir, un sistema que establece relaciones proporcionales entre las partes de un edificio. Dominando el primer claustro, fue construido tras el incendio que afectó a esta zona del conjunto en 1423, por encargo de Andrea de' Pazzi, miembro de una de las familias florentinas más influyentes, como capilla noble y sala capitular del Franciscanos. Filippo Brunelleschi probablemente desarrolló el proyecto entre finales de los años 1920 y la década siguiente, y dirigió las obras desde el inicio en 1443 hasta su muerte en 1446. Las fases de construcción duraron mucho tiempo y fueron interrumpidas en 1478, cuando los Pazzi fueron desterrados. tras la conspiración que tramaron contra los Medici.
La capilla Pazzi, diseñada por Brunelleschi, permite sumergirse en un lugar puramente renacentista que no ha sufrido transformaciones significativas: casi una máquina del tiempo que transporta al visitante seiscientos años atrás.
La capilla Pazzi es una de las primeras y más representativas arquitecturas del Renacimiento, basada como los edificios del mundo antiguo en el módulo, es decir, un sistema que establece relaciones proporcionales entre las partes de un edificio. Dominando el primer claustro, fue construido tras el incendio que afectó a esta zona del conjunto en 1423, por encargo de Andrea de' Pazzi, miembro de una de las familias florentinas más influyentes, como capilla noble y sala capitular del Franciscanos. Filippo Brunelleschi probablemente desarrolló el proyecto entre finales de los años 1920 y la década siguiente, y dirigió las obras desde el inicio en 1443 hasta su muerte en 1446. Las fases de construcción duraron mucho tiempo y fueron interrumpidas en 1478, cuando los Pazzi fueron desterrados. tras la conspiración que tramaron contra los Medici.
Los espacios internos están definidos por relaciones proporcionales precisas: el módulo central es un cubo rematado por una cúpula en forma de paraguas y flanqueado por dos alas simétricas con bóveda de cañón. Los elementos de soporte (arcos, entablamentos, pilastras) están realzados por una piedra serena que destaca sobre el yeso blanco. El banco de piedra adosado al perímetro nos recuerda que la estancia servía como sala de reuniones de los frailes. En el muro este hay un pequeño bolsillo, elevado sobre tres escalones y cubierto por una pequeña cúpula. La decoración plástica está subordinada a la arquitectura: arriba corre un friso de medallones con Agnus Dei alternados con querubines y serafines por parejas; A continuación, se muestran doce tondis de terracota vidriada con los Apóstoles, realizados entre 1450 y 1470 por Luca y Andrea della Robbia. En las enjutas de la cúpula se atribuyen a Brunelleschi los cuatro tondis de terracota policromados con los evangelistas.
Las dos ventanas del retablo son diseñadas por Alesso Baldovinetti: el Padre Eterno está representado bendiciendo en el óculo y San Andrés detrás del altar, en referencia al cliente y al santo a quien está dedicada la capilla. La pequeña cúpula, pintada al fresco a mediados del siglo XV y restaurada en 2009, es similar a la presente en la Sacristía Vieja de San Lorenzo y representa las constelaciones presentes en el cielo florentino el 4 de julio de 1442, tema sobre el que se plantean diversas hipótesis interpretativas. Tras la muerte de Brunelleschi, el proyecto fue modificado con la adición del pórtico sobre columnas corintias y un arco central (1461). Denominado indistintamente Michelozzo, Rossellino o Giuliano da Maiano, está cubierto en el centro por una pequeña cúpula decorada con rosetones de terracota vidriada con el escudo de los Pazzi, del taller Della Robbia.
Entre tumbas y recuerdos
Los espacios sagrados de iglesias, conventos y cofradías acogen desde hace siglos los cuerpos de los difuntos y sus entierros, con la intención de transmitir su memoria a la posteridad: una vocación a la memoria que siempre ha distinguido a Santa Croce.
Tumbas de piso
Inicialmente eran tumbas de suelo - tipología recordada en venganza por Dante en el marco de los orgullosos (Purgatorio, XII, 16-19) - reservadas a los franciscanos que desempeñaban un papel en la Orden, los miembros de las familias más poderosas de el barrio y los grandes líderes. Así, Biordo degli Ubertini (fallecido en 1348) es recordado por una placa con el difunto con armadura enmarcada por un tabernáculo de estilo gótico.
Inicialmente eran tumbas de suelo - tipología recordada en venganza por Dante en el marco de los orgullosos (Purgatorio, XII, 16-19) - reservadas a los franciscanos que desempeñaban un papel en la Orden, los miembros de las familias más poderosas de el barrio y los grandes líderes. Así, Biordo degli Ubertini (fallecido en 1348) es recordado por una placa con el difunto con armadura enmarcada por un tabernáculo de estilo gótico.
Tumbas monumentales del siglo XIV y nuevas
Con el siglo XIV se abrió paso también un nuevo tipo de monumento funerario, compuesto por un arca y otros elementos escultóricos: en la iglesia se encuentran, entre otros ejemplos, el monumento a Baroncelli de Giovanni di Balduccio de alrededor de 1328-1330 y la tumba de Gualterotto. de' Bardi atribuido a Agnolo di Ventura (hacia 1337). Las dos tumbas de la capilla Bardi de Mangona (1337-1341) son las únicas que combinan escultura y pintura.
Renacimiento
La renovación renacentista de las tumbas murales se produce con el Monumento a Leonardo Bruni de Bernardo Rossellino (hacia 1446-1450), que representa el prototipo y es una fuente directa del Monumento a Carlo Marsuppini de Desiderio da Settignano (1454-1459).
Con el siglo XIV se abrió paso también un nuevo tipo de monumento funerario, compuesto por un arca y otros elementos escultóricos: en la iglesia se encuentran, entre otros ejemplos, el monumento a Baroncelli de Giovanni di Balduccio de alrededor de 1328-1330 y la tumba de Gualterotto. de' Bardi atribuido a Agnolo di Ventura (hacia 1337). Las dos tumbas de la capilla Bardi de Mangona (1337-1341) son las únicas que combinan escultura y pintura.
Renacimiento
La renovación renacentista de las tumbas murales se produce con el Monumento a Leonardo Bruni de Bernardo Rossellino (hacia 1446-1450), que representa el prototipo y es una fuente directa del Monumento a Carlo Marsuppini de Desiderio da Settignano (1454-1459).
A parte de las obras de arte se pude ver su bonito claustro y también el cenáculo que contiene una “Última Cena” de Giorgio Vasari. Construido en la primera mitad del siglo XIV, el antiguo refectorio del convento se presenta como una gran sala rectangular cubierta por un techo de armaduras.
La función del ambiente queda subrayada por las escenas de convivencia incluidas en el fresco de Taddeo Gaddi en la pared del fondo: en este espacio, de hecho, la comunidad compartía las comidas, generalmente acompañadas de la lectura de textos religiosos.
Después de la visita volvemos andando hasta la Piazza Duomo, donde comemos algo, recogemos las maletas del depósito enfrente de San Lorenzo y vamos por via Sant'Antonio hasta la Piazza dell'Unità italiana para tomar el T2 que en 12 paradas y unos 20' nos lleva al aeropuerto desde donde regresamos a Barcelona.
Después de la visita volvemos andando hasta la Piazza Duomo, donde comemos algo, recogemos las maletas del depósito enfrente de San Lorenzo y vamos por via Sant'Antonio hasta la Piazza dell'Unità italiana para tomar el T2 que en 12 paradas y unos 20' nos lleva al aeropuerto desde donde regresamos a Barcelona.
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