Después de 24 horas lloviendo, ha amanecido despejado. Qué gusto, por Dios.
Los buceos han seguido la misma tónica de ayer, salvo que por culpa del diluvio de Noé la visibilidad ha empeorado los primeros 10 metros. Hoy me han puesto de guía a un hondureño que pasa de todo. El tío ni me ha mirado, y ni tan mal. La guía de los otros días me pedía el aire cada dos por tres y, encima, el manómetro lo tenía en PSI y me volvía loco para hacerle las señas.
En el primer buceo hemos visto un par de águilas moteadas, una morena y el pez león, que aquí es invasor. El segundo buceo ha sido por una serie de cañones y cuevecitas que le han dado la gracia, porque vida, poca más grande que un palmo. El hecho de que el guía marque el pez trompeta dice mucho de la vida que se ve. Buceos cómodos, eso sí, la Azohía del Caribe.
De vuelta al centro, hemos comido unas baleadas y me he acercado con el de Ciudad Real a la parte norte de la isla, en la que hay una montañita con buenas vistas, donde nos hemos encontrado un gavilán posado sin miedo alguno.
De vuelta al hostal, me he ido, ya solo, a una playita que se llama Neptune’s. Para llegar, hay que tomar una lancha que te lleva por una laguna que desemboca en la playita. Esta playita se supone que es buen punto de snorkel, pero al estar en la desembocadura de la laguna, y con las lluvias de ayer, la visibilidad era nula. He pasado la tarde en la hamaca leyendo y echándome un par de cerves. Es agradable, pero la playa, aun siendo privada, tiene basura para dar y regalar. Yo creo que las corrientes traen la basura a la costa porque no es posible que sea toda local.
De vuelta en la lancha, me he quedado sin repelente y he sido un buffet libre para los mosquitos. Como los restaurantes chinos esos en los que la comida va por una cinta transportadora... pues yo soy la comida. Me han reventado los mosquitos. Esto es incompatible con la vida. No entiendo cómo un europeo puede venirse aquí a vivir, es insostenible el nivel de picaduras de mosquitos. He terminado con unas ocho picaduras en cada pierna en 15 minutos de lancha.
A la noche me he ido a cenar, baleadas por supuesto. Después, con mi nuevo colega Sergio de Valencia, nos hemos ido a un bar donde había micros abiertos. Ahí se ha juntado todo el pueblo y había ambientazo. Hemos estado junto con el personal del centro de buceo, ambiente rollo fiesta inglesa con varios desfasadísimos. Después de los micros abiertos, se iban todos a una fiesta tecno. Esta gente tiene una media de 25 años y tienen saque. Yo me he recogido para las 23, porque si no mañana no soy persona. La isla esta realmente es una perdición. Barata, droga la que quieras, buceo, gente joven y fiesta todos los días. "Destructila"