Taroudant ✏️ Ciudad-Marruecos

Taroudant, la ciudad que siempre fue rebelde.

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Destruida en tres ocasiones por tres dinastías distintas de las seis que han reinado en Marruecos durante el ultimo milenio (los alauitas fueron la última, en el S. XVII), Taroudant, al igual que toda la región del Souss, nunca fue amante de someterse a la autoridad de los Makhzen, aquellos que gobernaban en nombre del Rey, con unos intereses para nada convergentes con los de las tribus del Souss.


Con mas de un milenio a sus espaldas, es una ciudad con identidad propia que ocupa su pequeño lugar en la historia aunque su peso específico a nivel turístico sea mucho menor que el de Marrakech.

Murallas de Taroudant

Que visitar en Taroudant

a) Las murallas y puertas monumentales


8 km de murallas exteriores de una altura variable entre 8 y 14 m, con 139 torres y 19 bastiones que cuentan con 8 puertas en ellas, de las cuales 5 son a antiguas (Bab El Khemis, Bab Al-Kasbah, Bab Targhount, Bab Zorgan y Bab Oulad Bounouna) que en algunas zonas están bastante bien conservadas y en otras dejan bastante que desear, rodean a la ciudad completamente y pueden ser visitadas en un recorrido en calesa que no ocupa mas allá de las dos horas con paradas incluidas para fotografía, al precio de no mas de 200 dirhams por el trayecto mas 50 dhs para la alfalfa del caballo y la propina del conductor.



La kasbah edificada por los saadies, es una ciudad dentro de la ciudad, conserva sus murallas, sus puertas, y puede ser visitada también; las puertas monumentales de la kasbah son todas ellas "dobles" es decir, todas con una entrada exterior que da acceso a un patio a modo de plaza de reducidas dimensiones y fortificado desde el que por una segunda puerta, se accedía al interior de la ciudad; este tipo de construcción responde a la arquitectura militar de la época y permitía no solamente una eficaz defensa sino también un perfecto punto de control sobre comerciantes y visitantes.

Fachada interior de la puerta Bab Sedra

De todas ellas, la mejor conservada y en la que se puede apreciar bien el efecto "chicane" de su fortificación, es la de Bab Sedra (o puerta de la Kasbah).

Puerta de la kasbah Bab Sedra

Un buen lugar donde tomar las calesas es en la plaza Assarag o bien delante mismo del Hotel Palais Salam, situado en la Ave Moulay Ismail y que hace esquina con la Av Hassan II, la avenida que recorre todo el frente sur de las murallas de la ciudad y es, en realidad, la travesía de la N10 (Agadir-Ouarzazate).


Este hotel es un antiguo palacio dentro de la Kasbah que utiliza como fachada parte de las murallas y tiene un montón de jardines y un par de piscinas, (bar incluido al borde mismo en el que tomar una fría cerveza), aceptable si no se es demasiado exigente o si solo se quiere para una noche … que es lo que hace la mayoría de la gente; además, aunque delante del Hotel directamente no se pueda aparcar, enfrente si se puede hacer sin problemas.



Tras la visita de las murallas en calesa, hay que entrar en la ciudad; no es complicado moverse por ella, al menos, no en lo que al centro histórico se refiere ya que está todo muy junto por lo que si se visita en calesa primero y luego se decide caminar un poco, no es necesario guía alguno.

Jardines Brahim Roudani y Mezquita Mohammed I

No obstante, siempre hay guías prestos a ofrecerse al viajero tanto por libre como oficiales; es mas, los conductores de las calesas suelen recomendar a algún guia y en los hoteles suelen tener "a los suyos" ... vamos, nada diferente a lo que se cuece en otras ciudades marroquíes en lo relativo a estos temas, máxime cuando en Taroudant llegan las excursiones organizadas procedentes, sobre todo, de Agadir


b) El centro histórico de la ciudad

Ademas de recorrer la kasbah y de subir en algunos puntos a los caminos de ronda de las murallas, hay dos grandes plazas, una al lado de la otra, en pleno centro y con un souk permanente en cada una de ellas.


· La Plaza Assarag (actualmente place Al-Alaouyine), porticada, con cafés, comercios y el Souk Arabe que esta pegadito a ella en el que se halla también el mercado de antigüedades; además, en esta plaza hay parada de grand taxis.


· La Plaza Talmaklate, que está pegada al Souk Arabe por su lado este y en la que está el Souk Bebereber. Las herboristerías, los comercios de aceitunas y los de miel son de los mas valorados.


Estos dos souks son un cúmulo de puestos de venta repartidos sin mucho orden ni concierto y que también ocupan las calles estrechas colindantes; no es que sean especialmente bonitos (es mas, diría que no lo son) pero tienen su encanto precisamente porque lo que ves es lo que hay, la realidad, y no un decorado para turistas; los días fuertes de mercado son los jueves y los domingos (cuando viene mucha gente de los alrededores) : mercado árabe, mercado bereber, souk de los tapices, de las especias, el mercado de pescado ... hay que recorrerlos todos ya que nada tienen a ver con los souks mas enfocados, (u hasta adulterados diría yo), que tienen otras ciudades mas turísticas como Marrakech.



Así mismo cerca de la puerta Bâb Targhout, se puede visitar el barrio de los curtidores de Taroudant, uno de los barrios mas antiguos de la ciudad. Los talleres se comunican con pequeños comercios que, como en Fès o Marrakech, intentan seducir a sus visitantes, con mayor o menor arte y gracia y, como en todo buen barrio de curtidores hay los guías que se ofrecen a los viajeros para llevarlos, si hace falta, hasta las mismas cubas ...

Por ultimo, una reseña acerca de la histórica Gran Mezquita de Taroudant, una de las más antiguas de Marruecos con casi cinco siglos de antigüedad y que, junto con su medersa, fue construida por los saidies. Esta mezquita, que actualmente tiene algo mas de 3 mil metros cuadrados y puede albergar hasta 4000 fieles, tiene un minarete de planta cuadrada de 27 metros de altura, cuya forma está inspirada en la de la Kaaba de la Meca.


El Palacio Museo de Claudio Bravo, www.palaisclaudiobravo.com

A unos 8 km del centro de la ciudad, en dirección noroeste, está este Museo que ademas es hotel y ofrece la posibilidad de comer en el restaurante si se reserva con antelación.


El marco es espectacular, muy interesante de visitar tanto por la edificación en sí misma, sus jardines y el cuidado y detalle con que se conserva todo así como por la colección de pinturas y objetos que en él se exponen. Claudio Bravo fue un artista y pintor nacido en noviembre de 1936 en Valparaíso, Chile, y fallecido en junio de 2011 en Taroudant, que vivíó en España y en Marruecos, primero en Tánger y, desde 1972, en Taroudant.



En la finca que alberga este palacio, hay una replica de los jardines de la minara de Marrakech, lago incluido y el artista está enterrado en el mausoleo que tiene dicha finca. La visita al museo cuesta 200 dhs y es guiada. Hay que contar tres horas de visita; se permiten fotografías.


Poco mas se puede hacer en Taroudant que, por supuesto, no tiene vida nocturna de copas, discotecas o similares al nivel que puedan tener su vecina Agadir u otras ciudades en Marruecos. Aunque la ciudad es segura, hay que prescindir de "seguir" a cualquier tipo que, a bordo de una motito, se te ofrezca como guía o te "indique" gentilmente cualquier lugar para aparcar; si se está de visita, mejor aparcar en lugares vigilados, ya que se han dado casos de robos en los vehículos, sobre todo de placa extranjera que, a todas luces, se ve que son de turistas.

Historia de la ciudad de Taroudant

Aunque los historiadores andan un tanto en desacuerdo sobre cuando y quienes son los responsables de la fundación de la ciudad de Taroudant, todos parecen coincidir en la presencia de un puesto avanzado fortificado romano en los limites del Imperio (en aquella época) al abrigo del cual existía un asentamiento civil que, tras la caída de los romanos entre los siglos V y VI d. C. (época aun preislámica) se consolidó como un asentamiento fortificado permanente de población beréber que, situado en la confluencia de los dos grandes ríos que bordean Taroudant, el Souss y el Quâar, poco tardó en convertirse en un polo comercial importante para las tribus de la región que, en aquellos tiempos, eran nómadas.


Asi mismo, también parecen coincidir en que Taroudant se estructura como ciudad "per se" tras la conquista islámica del Magreb, crece a partir del siglo X cuando las tribus nómadas de la región pasan a ser sedentarias y se consolida en el siglo XI al ser, primero, capital del reino chiíta de los Bajjalis y posteriormente al ser conquistada y ocupada por los almorávides quienes construyeron sus fortificaciones sobre las primitivas murallas circulares beréberes, pues establecieron en ella una base militar que, tras la caída de éstos a mediados del S.XII, se mantuvo con los almohades quienes ademas, otorgaron bastante libertad a la ciudad y a sus gentes.

Tras la caída de la dinastía almohade, Taroudant fue destruida por los merinidies a principios del S.XIV y por los wattasidas después, perdiendo toda su importancia e influencia en la región hasta que, en el siglo XVI, Taroudant se convirtió en la capital de los saadíes que habían alcanzado el poder tras la caída de las dinastías merinidie y wattasida que gobernaron Marruecos durante casi dos siglos.


Taroudant, aquella ciudad que había sido base militar bajo las dinastías almorávide y almohade, pero también base del comercio de caravanas procedentes del Sahara, debe todo su esplendor y su desarrollo urbanístico y comercial a la dinastía de los Saadíes quienes, bajo el reinado de Mohamed al Sheikh Saâdi, convirtieron a Taroudant en su capital, allá por el 1515, la re-fortificaron construyendo el segundo anillo de murallas, la dotaron de grandes edificios públicos y la convirtieron en el centro comercial del valle del Souss gracias al comercio tanto con musulmanes de las regiones vecinas como con los europeos, que en aquella época fondeaban en la bahía de Agadir, primero bajo control portugués y posteriormente bajo control saadí tras la expulsión de los portugueses en 1541.

Antes de la construcción en 1540 de la Kasbah Oufella, Taroudant era la base de partida de las expediciones militares saadíes contra los portugueses de Santa Cruz de Cap Ghir (es decir, Agadir).


El cobre, los tejidos de lana, los artículos de cuero y en particular la producción de azúcar, muy apreciado en la corte inglesa, enriqueció a toda la región pues estos productos, que eran embarcados y exportados desde la bahía de Agadir, procedían de esta región.

Cuenta la historia que un espía inglés de la época redactó un informe para la Corona, fechado el 25 de octubre de 1596, en el que detallaba que la industria azucarera aportaba al sultán de turno algo más de 800.000 mitkal al año, (un miktal era el equivalente en la época a 10 chelines ingleses, es decir, media libra esterlina ... así que ganar 400 mil libras de la época, tan solo con el azúcar, permitía, supongo, edificar lo que uno quisiera ...).

Mas allá de la historia y las leyendas asociadas a ella, lo que sí es cierto es que durante un siglo Taroudant, con sus construcciones y su expansión económica, superó a Fez y sobre todo a Marrakech, su gran rival durante los gobiernos de todas estas dinastías, incluso a nivel cultural y científico, pues Jamâa El Kébir (la Gran Mezquita de Taroudant) fue una de las más importantes universidades de la época donde se encontraron grandes eruditos del siglo XV que llegaron allí para impartir su ciencia.


Pero, como siempre pasa, todo en este mundo tiene un principio ... y un final; y en estas historias, los finales suelen ser siempre catastróficos por lo que el final de la época dorada de Taroudant no podía ser menos y, aunque fue cogido de la mano con el final de la época dorada de Santa Cruz do Cap Ghir (Agadir) en particular y el de toda la región del Souss en general, ese final empezó con una epidemia .... de peste.

Taroudant, zonas no turisticas

A principios del S. XVII Taroudant sufrió una grave epidemia de peste que diezmó a sus habitantes, se llevó por delante al sultán Ahmed Al Mansour (1603) y fue coincidente con el inicio del declive de la dinastía de los Saadíes y el auge de la dinastía alaouita que empezaba a consolidar su poder allá en las regiones remotas del sureste marroqui; en poco mas de 40 años (1631-1672) aquellos alauitas venidos a finales del S. XIII desde Arabia e instalados en el Valle del Tafilalet, se sublevaron, vencieron y derrocaron a la dinastía Saadí cuyo ultimo bastión, Marrakech, cayó en 1669.

Murallas saadíes de Taroudant

El autoritarismo alaouita y la poca predisposición de los habitantes del Souss a obedecer a la autoridad de los Makhzen que gobernaban por delegación del Sultán, hicieron el resto. El destino de Taroudant fue sellado a sangre y fuego por la dinastía alaouita tras derrotar militarmente a las tribus del Souss que se habían revelado tras la caída de los Saadíes.

Siguiendo ordenes del sultan alaouita Moulay Ismail, Taroudant fue devastada, sometida y despojada de todo privilegio en 1685 ... ademas de ser devuelta a la Edad Media cuando, bajo el reinado de Mohammed III, los alauitas clausuraron en 1760 el comercio marítimo internacional en Agadir, cerrando la bahía a todo trafico extranjero en favor del nuevo puerto de Essaouira reconstruido tras el terremoto del año 1755 y del tsunami asociado a él.


A partir de ese momento, Taroudant retomó la agricultura como fuente principal de su economía, sobre todo con el cultivo del olivo y del argán permaneciendo en el olvido durante siglo y medio.

A principios del siglo XX, en plena crisis de desgobierno y luchas intestinas por el poder durante el época de pre-protectorado, Taroudant se alineó contra la presencia extranjera, especialmente francesa, contra quienes también guerreó hasta que, en 1913, firmados ya los acuerdos del Protectorado, la ciudad fue ocupada por las tropas francesas, una ocupación que duraría hasta la Independencia en 1956.

La Gazelle d'Or, el mítico palacio de las mil y una noches de Taroudant

www.losviajeros.com/Tips.php?p=4032

Taroudant y sus alrededores, en especial el palmeral de Tioute, han servido de escenario para rodajes de películas tales como Alí Babá y los 40 ladrones o Agadir-Bombay, puesto que, ademas, Taroudant es la ciudad de origen de la protagonista de dicho film, Imane, así como del padre de la directora franco-marroquí, Myriam Bakir.

El palmeral de Tioute

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Última Actualización: 15/05/2024 - 10:51